viernes, 30 de julio de 2010

Espéjulo

Espejito, espejito, ¿quién es el mejor juez de este rumbo?
Tú Narciso Reyes, tú.
Qué rostro es ese, es el rostro, es el rostro del acusado.
Váyase, yo, yo, yo…, yo no lo maté. Usted ya estaba muerto en vida. Sus culpas le habían matado el interior de su identidad. Yo no fui ¿No escuchó lo que dijo el cristal de mí reflejo? Soy el mejor juez de este rumbo, así que se me larga del espejo de mi baño en este mismo instante… No, aléjeme sus manos, aléjelas.
¿Qué dices espejito, espejito?, que quién es el mejor acusado(a) de este rumbo…
¿No lo será él por matar al amor y venirse a morir a mí juzgado?, ¿o sí?
No, no otra vez. Largo de mi espejo he dicho.

La vida nunca es justa me oye, pero usted ya estás muerto(a). Dígame ¿Es más justa la muerte que la vida?
El inocente, ese es el mejor acusado de este mundo, porque responde las preguntas del juez sin miedo, sin vacilación, y queda libre de duda pero, ¿quién es el inocente más inocente de este rumbo? Usted no era inocente o no se hubiera dejado morir.

No, usted no me ganó el juicio, me lo ganó la vida, no usted, espectro de pacotilla. Váyase, lárguese y deje de juzgarme con sus manos muertas. Deje de atormentarme. Yo no soy un mal juez, sólo intento seguir la ley y hay una sola forma de hacerlo: el dominio. Imperio e imperativo tienen la misma raíz. Ya le respondí.

¿Quiere algo más de mí que viene de ultratumba a indagarme con su figura?
¿Quién es usted Narciso Reyes?
No, usted no hablaba ¿O serán mis oídos los que me traicionan?
¿Quién es usted?
Yo, yo, yo sólo soy un juez, ni más, ni menos y antes soy un ser humano y antes, antes un animal….

¿Qué es un ser humano?
Alguien que actúa conforme a la ley y derecho de los hombres y las mujeres.
Ahora se ríe. Calle su risa, lárguese, qué quiere de mí, yo no podía salvarlo, nadie es capaz de salvar a nadie, o acaso sólo Odiseo se pudo salvar siendo Nadie. Váyase, largo de aquí espectro.
Dios, quítamelo, llévatelo, aléjalo.

Espejito, espejito, espéjulo, espéculo de la humanidad ¿Quién es el humano más humano de este reino? Respóndeme espéjulo, respóndeme o te quiebro en mil pedazos. Respóndeme o agarraré este piedra pómez y…, responde espéjulo o…
No que he hecho, he roto el espéculo. No habrá quien me diga que soy el mejor juez de este rumbo…, ahora soy humano sin espejo, sin reflejo.

¿Quién soy?
Soy el que juzga visceralmente, el último en tener buen juicio el último que moriría en aras del amor. Ya decía un filósofo francés que el que juzga no conoce el gozo. Y sí, el que goza sabe del amor, de la seducción de... Quizá, quizá usted, el que se quedó roto en mil pedazos en ese espejo conoció todos los extremos del goce, sus aristas… Nunca sabré si en verdad era usted culpable.

¿Y tú Narciso Reyes? ¿Tú eres culpable? O será que eres tan humano, como todos los humanos de este mundo.

viernes, 23 de julio de 2010

Absolución

¬ ¿Quién es esta persona?
¬ Dice que ha cometido un crimen señor Juez.
¬ Aguarden, no se vayan. Quédense aquí por si los necesito.
¬ Sí, señor.
¬ ¡Usted! ¡Levante su rostro que no le veo al piso nada de interesante!
¬ ¿Así que ha cometido un crimen? Hace unos veinte años que no llegaba aquí alguien a entregarse libremente. Mire que desgarbado(a) luce.
¬ ¿Qué crimen cometió usted si puede saberse?
¬ ¡No puede hablar!
¬ ¿Será que un culpable no pueda hablar secretario Meléndez?
¬ ¡No se burle!, esto es cosa seria
¬ ¡Qué comience el juicio entonces! Ya sabe las reglas, responda sí o no con la cabeza según la respuesta que quiera dar.
¬ ¿Es usted casado? No. Bien. ¡Qué quiere!, ¿por qué se me acerca de ese modo y me enseña sus manos?
Meléndez sosténgalo(la).
Tendré que dejarme de introductorios
¿Ha cometido usted un robo? Niega.
¿Una falta al orden público? ¿Un asesinato? Ha asentido con la cabeza.
¡Suélteme la ropa por favor! ¡Meléndez, le dije que no le quitaras el ojo de encima!
¬ Se está muriendo señor.
¬ Qué muriéndose ni que nada, es tan culpable como todos los seres humanos, sólo que me aligera el trabajo…
¬ ¿Así que un asesinato? ¿Y a quién asesinó? ¿A su madre? No.
¿A su padre, entonces? No ¿A una pareja? ¿No? ¿Estamos hablando de un crimen pasional?
¡Es inútil Meléndez, este hombre ya no tiene capacidad de juicio, ni para bien, ni para mal! Aunque, bueno, ¿si no fue pasional, fue por amor? ¡Asiente! ¿Fue un crimen de amor? Bien ¿Asesinó al amor?, ¡qué digo! ¿Usted asesinó a alguien por amor?
¬ Sí, señor, sí ¡Ha asentido! No, espere. Dijo sí a lo primero.
¬ ¿A lo primero? ¿Cómo? ¿Usted ha asesinado al amor? Por favor, me río.
¬ ¿Cuál amor señor(a), el amor a los otros o el amor a sí mismo?
Está alzando su mano Meléndez dígame qué señal es esa que ha hecho.
¬ Parece que quiere decir que los dos.
¬ ¡Ah, hombre sin amor!, vaya a ver a un cura, a un sanador o un médico ¿Qué hace usted en un juzgado? ¿Quiere que la sociedad pitorrera lo juzgue?
Me vuelve a enseñar sus manos.
¬ Si me permite opinar señor juez, me parece que le está pidiendo que lo encadene, o que lo torture.
¬ ¿Pero cómo lo voy a torturar? ¿Puede haber más tortura para un hombre que perder el amor para sí mismo y su prójimo?
¬ ¿Traigo unas cadenas señor?
¬ No Meléndez, no puedo, no puedo sentenciar a esta persona, no, no, ¿no ves que no está en su sano juicio?
¬ Necesita eso para morir en paz señor. La condena, para él, es su paz.
¬ ¡No!, ¡no! y ¡no! ¿Cuándo se ha visto eso? ¿La condena, paz? ¿Estudió usted Leyes Meléndez?
¬ No señor, soy secretario.
¬ ¡Se nota! ¡No tiene idea Meléndez, no tiene idea!
¬ ¿Le mando traer la cadena, o unas esposas de menos?
¬ Está bien Meléndez pero…
¬ Gómez, por favor.
¬ En seguida secretario Meléndez.
¬ Ya trajeron las esposas, señor.
¬ Bien. Colóquenselas.
¬ No respira señor
¬ ¿Quién no respira?
¬ ¡El acusado Señor!
¬ ¿Está muerto? Pero no, si, si, si, se me abalanzaba hace rato y me, me, me enseñaba sus, sus manos y…
¬ ¿Ve, ve, ve lo que le dije? Este hombre ya no podía ser juzgado por la gracia humana Meléndez. Como juez sólo pongo y exijo los límites que la sociedad implanta, pero esto, esto es demasiado, demasiado.
¬ ¿Usted cree que era culpable?
¬ Sólo la muerte lo sabe Meléndez, sólo la muerte.
¬ Saca ese cadáver de aquí y di que el enjuiciado llegó moribundo.
Me voy. Hoy, hoy la vida me ganó el Juicio.

domingo, 18 de julio de 2010

Inquisitorio

Está en esta entrada porque considera que es una persona de buen juicio, o le han dicho que lo es, ¿cierto? Asienta con la cabeza si sí y muévala de un lado a otro si no. Ha movido la cabeza en señal afirmativa. Bien.

Por juicioso se entiende alguien cuerdo, prudente, reflexivo, con sentido común, lógico, consecuente, incluso sabio y formal. Me asiente como si todas estas brillantes palabras fueran de su competencia, ¿no es verdad?

¿Qué pasa con el juicio hoy día? Le doy una pista. Espejito, espejito ¿quién es el (la) más hermoso(a) de este reino? Sí señor(a) que bueno que es consciente, el juicio es un espejo de usted mismo, el cual refleja con las demás personas. Si usted es colérico, tratará a las personas de acuerdo a su cólera; si es neurótico, de la misma manera se dirigirá a su prójimo; si pone sus actividades personales antes de las de cualquiera, todos serán menos que usted en lo que sea que hagan, así se rompan el lomo en una oficina, un despacho, una editorial,una escuela, o en el trabajo de campo, aunque usted no considere tal actividad trabajo, ¿prácticas de campo, por favor?, ¡lo que yo hago es trabajo, esos perdedores que! O bien puede ser que crea que su esposa(o) le pide atención de más porque: ¡pobrecita no tiene nada que hacer!, ¡yo soy su vida!; o quizá sea de los que piense que la ha pasado tan mal que nadie puede pasarla peor y nadie tiene derecho a quejarse por algo menor a su agravio. Me río de usted. No me ponga cara de sea consecuente conmigo señor juez, si ya de por sí ha habido condenados por culpa de un beso supuestamente fraterno ¿Qué esperar?

¿Por qué será que los hombres no entendemos con ternura cuando juzgamos al otro injustamente y nos lo hace saber, muchos menos si llora, porque lo consideramos chantaje o si exige, porque lo consideramos posesión? Por eso ha llegado a esta entrada, porque lo que usted necesita es un inquisidor ¿Hasta qué grado las palabras pueden ser una tortura? La finalidad de este sitio es que usted se sienta una rata de laboratorio en vez de un ser humano al salir de aquí y tener claro que así es como usted quiso sentirse, puesto que nadie lo obligó a entrar ¿Por qué será que sólo la crueldad nos hace entender?, ¿mezquindad o masoquismo, o ambas?

Siempre estamos queriendo cambiar a los otros ¿Le digo la verdad? Los seres humanos no cambiamos: añadimos o reducimos, hacemos algunas modificaciones pero, en el fondo, seguimos siendo los mismos, al menos que nuestro propio ego nos traicione, nos refleje y nos haga perder en donde más seguros nos sentíamos, entonces nos vamos en su contra, nos vamos contra nosotros y “cambiamos”. De allí que muchos profetas dijeran que la vida es sufrimiento, hasta que no busquemos, por nosotros mismos,lo contrario.

Usted viene aquí para que le ponga su estrellita de buen juicio, como cuando un perro que hizo bien un truco enseñado por su amo, llega a pedir una croqueta. Su amo, señor(a), es la sociedad. Está aquí para que yo: un juez, le diga a usted que es alguien de buen juicio. Discúlpeme pero no, no lo es, ¿quién lo es?, ¿acaso lo soy yo? Si lo(la) estoy inquiriendo de esta manera, usted ya habrá pensado que no soy una buena persona, o por el contrario me querrá decir; gracias señor juez, esto es lo que necesitaba, prometo que seré una mejor persona a partir de pasado mañana, porque antes tengo que…, etc. A mí no me prometa nada.

Mire, yo no soy ni mala ni buena persona, soy un juez y punto. Por lo demás, antes soy humano, antes animal, no lo olvidemos. Entonces, repito, ¿es usted una persona de buen juicio?

Vuelve a asentir. Pero por favor ¡Qué cinismo, qué hipocresía! ¿Cuál Dios? Le daré tres latigazos para que entienda.

1) El humano no es perfecto, tan sólo perfectible.
2) Hoy día, debido a la represión de las emociones en general, nuestros juicios son emocionales y, ergo, no son lógicos.
3) Cuando usted hace mierda a alguien, usted se está haciendo mierda también

Pero, ya que usted insiste en ser una persona de buen juicio, que pone su razonamiento siempre antes de cualquier trato con los otros y con usted mismo, estas palabras le hacen cosquillas, ¿no es así?

Válgame, pero ¿por qué siento que llora?, ¿por qué veo desfigurarse su rostro?, ¿qué sucede? ¿No era usted la persona más “hermosa” de este mundo? Salga de este sitio y sea prudente, reflexivo(a) y todo lo que un diccionario le dice que un juicioso debe ser, si es que desea ser tal adjetivo. Ni yo, ni nadie puede ayudarlo, ni mucho menos premiarlo. En esta vida, las coronaciones no son más que un espectáculo, del que todos queremos ser parte. Por aquí por favor.

¡Qué pase el siguiente!

lunes, 5 de julio de 2010

Dedicatoria

Dedico esta serie de poemas a mi mamá, Eloísa Gottdiener,
a mis hermanas Isaura y Alina González (a las tres: en la Unidad);
a Alejandra Vega Hernández (en su duelo),
a José Alberto Conrado Flores (en su complicidad),
a Eduardo Alarcó Azuela (en su silencio);
a Susana Esquinca (en su alegría),
a Raquel Huerta Nava (en su generocidad),
a Luis Eduardo Vargas Osornio (en su franqueza).
Y en sí, a todos los amigos(as) que reconozcan en su interior,
las edades del Sol.

Espíritu de Tiempo/Espíritu sin Tiempo



Espíritu de Tiempo


-Apártate de mi;

él no respondió.

Ella se dirigió a otros

-¿Quién le dijo al Tiempo
que podía imponer sus soles?

- No los impone,
dijo uno,
cada quién los siente.
Podría ignorarlos si quiere;
su espíritu se volvería de roca
y en ella golpearían,
sin día, sin noche,
las olas.

-¿Y usted quién es para juzgar al Tiempo?,
dijo otro.
¿Acaso usted no se impone ante nosotros
para acallarlo?
Nadie ha podido con él.

-Pequeña ,
dijo un último,
¿qué te han hecho esos soles?,
si dan el calor a la aurora,
el candor del medio día,
el celaje de la tarde,
el aviso de la luna en la noche;
y te han dado a ti
la paleta de tus emociones
para que la combines
con los juegos de luz
a tu antojo.

Bajó su mirada,
el corazón se pobló de murmullos
que, indescifrables, sólo sentía vibrar en su oído;

esa fue la respuesta del Tiempo



Espíritu sin Tiempo


¿Si te quito tus emociones, te quito la luz?,
¿qué harías?,
¿dejarías de sentir o sentirías más?
Si no hubieras visto la reconstrucción de tu adentro,
¿valorarías?,
¿sabrías lo que es la grieta?

Ignórame cuando quieras,
arrancame las manecillas;
volveré a ti siempre
a recordarte las horas.

No puedo quitarte tus soles;
si acaso puedo hacer
que el segundero guarde silencio
y las manecillas caminen en puntillas.

Clamor Sirio

  Encontré esta selección de poetas nacidos en Siria; publicados en la revista Nexos hace dos años. Leerlos me dio una clara imagen de lo ...