miércoles, 30 de diciembre de 2009

Apostilla a los parasoledajes

Cuando subí al avión me dije ¿Y por qué no escribir más de Mérida? Tenía fresca la platica del desayuno con Isa, mamá, Chinis y Raúl ¿Porqué no es el tema del mes, recuerdas? Me reí y me mordí la lengua. Raúl dice que hoy día ya todo es tema. Hasta una canción de Silvio Rodríguez es "Nuestro tema" y total que surgen temáticas para todo. Me quiso invadir la problemática de la teoría y sus subjetividades así que mejor respiré mis últimos segundos de Península.

¿Porqué siempre quiero hallar lo objetivo en lo que pienso si los pensamientos ya no son objetos? Y es que definitivamente en Mérida una no se siente sola.

Cerré los ojos y vislumbré el sol de los parasoledajes en la memoria ¿Y si la calle no condujera sólo al Valle? ¿Si condujera al mar y el sol formulara en él una estela impecable de dorados? Abrí los ojos. Realmente de esta secuencia sólo es real un trayecto. Podría decirlo, pero cuando uno delata la verdad de la ilusión, no importa que esté escrita, se desvanece, o se convierte en otra, todo depende del cáliz.

Sin lugar a dudas los parasoledajes han estado siempre y por ello existen. Su historia y los papeles que lo documentan también existen, del otro lado, en el paralelo.

Me pregunté que hará un historiador al leer una novela histórica, ¿separará la realidad del imaginario?

Los mundos paralelos tienden juegos para nosotros.

martes, 29 de diciembre de 2009

Parasoledaje 3

Cierra la calle del parasoledaje. Quien la enfrente llegará al Valle; quien no, verá una imagen como una postal de un lugar inalcansable al que no se viajará fisicamente. Ocurre, ¿quién trasciende el marco de sus ilusiones?: una revista cientifica que fracasa en su número cero, donde cuentan noticias de fenómenos estravagantes, una fiesta donde cada quien ve por lo que su pensamiento le deja ver, en su escena determinada y propia, aunque se comparta en grupo...
Un paisaje que sólo trascendió aquél que desmintió que la soledad existía, y afirmó que en el Valle en contraba una compañía.

El Valle, seguir caminando, saber que allí no acaba todo, que hace falta conocer las estepas y desiertos.

Ésta fue sólo una forma de darle vida a un juego de palabras que en conjunto crean la ilusión de un paisaje, dijo quien inventara un nuevo concepto de lo que sea... "Es como meter un nuevo producto al mercado, hay que buscar que sea atractiva la forma de introducirlo."Aquí un juego de realidad e imaginario, los mundos paralelos que se divierten entre sí.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Parasoledaje 2

Me di cuenta de que lo de los parasoledajes no iba bien cuando subí al avión con destino a Mérida y comencé a hojear una revista que había comprado en el aeropuerto. A quién se le ocurre salir de casa con tres horas de anticipación y no llevar libro, como ya había dejado mi tambache en casa de mis tíos no pensé en que hiciera falta llevar más a la vuelta, craso error. El caso es que casi al final de la revista hallé un suplemento titulado Parasoledaje, me dije que no era posible. La primera vez que leí sobre parasoledajes fue en una revista de ciencia llamada Pasaje Científico de corto tiraje y que el amigo José había llevado a una fiesta; en ella se hablaba del fenómeno del parasoledaje como un doble juego del inconsciente, podía ser tanto un hermoso paisaje derivado de la fuga de una calle cualquiera cuya cerrada es un valle, paisaje sumamente taoísta si se le quiere ver de algún modo. La otra cara del concepto resultaba ser una especie de "locura" de aquellos que pasan por alguna crisis interna y se pierden en su mente buscando lo que sea que pueda dar solución a su problema y que generalmente pretenden buscar fuera de ellos mismos. Estas personas hablan de lugares perdidos en los cuales podrán encontrar la calma, hablan de soledad por culpa de "x" "y" o "z", en fin, la revista relaciona el parasoledaje con una especie de "ilusión paisajista"..., tanto en su lado positivo, como en el negativo.
Tomé el suplemento en cuestión, lo leí, eran testimonios de personas que habían sufrido o presenciado un parasoledaje en cualquiera de sus exhibiciones. Me quedé en reflexión un momento.

-¿Le ofrezco algo de tomar señorita?-
-¿Jugos de qué tiene?-
-Tomate, manzana, naranja-
-Jugo de manzana por favo-r
-Aquí tiene-
-Gracias-

Bajé del avión. El aterrizaje fue brusco. Cuarenta minutos de retraso.
Llegando al carro de mi prima cayó el chubasco. Y bien, empezaba la segunda parte de mis vacaciones decembrinas. El valle de la Ciudad de México quedaba en pausa..., recordaba sólo un testimonio de tres líneas.

-La calle se hacía angosta, cada vez más angosta, la luz del atardecer cubría el valle y sólo vi el esplendor de un rayo de sol que por poco ciega mi vista. Anduve con los ojos entre cerrados el resto del camino. Algo me hizo detenerme al final de la calle, abajo estaba la barranca.-

Y sí, realmente todas las ilusiones son así..., como un camino que lleva a un paisaje sumamente atractivo, por el que si uno va sin pisar con atención, puede caer en alguna tranca, o peor aún: un barranco. Lo peor que le puede pasar a un fenómeno es empezar a estar en todas partes..., puede volverse común... Un parasoledaje ya es lo mismo que un resfriado común, me dije.

-¿Qué tal el vuelo? ¿No hubo mucha turbulencia?-

sábado, 5 de diciembre de 2009

Parasoledaje 1

Y bien, ahora sí ¡Cuéntamelo todo!
Mmmm

Buenas noches. ¡Ea!, se ve buena la fiesta, ¡ah! Mucho bullicio.
Sí, aunque si te quedas callado y no entras en alguna conversación te llegaran confusas todas las que tengas cercanas a tu oído ¿Tu crees? Por supuesto, inténtalo, sólo 15 minutos.
Bienvenidos ¿Toman vino, cerveza, mezcal, tequila, whisky...? Ah..., una copa de vino estará bien.
Entonces estuviste en Europa tres años, ¿Es verdad eso que dicen de que la soledad allá se siente realmente, qué la nuestra es una soledad ligth en comparación? Es que pensaba ir, estoy en eso, sólo espero no quedarme con mis ilusiones, como a veces.
¡Oh sí!, sobre todo en invierno, ¡quien no conoce la nieve, no conoce la soledad!
¿Será? Yo siempre he pensado que jugar con la nieve, esquiar, patinar sobre los lagos congelados, ha de congregar cierta convivencia...
Sí..., pero cuando eso acaba, cala el frío, y a mayor frío, mayor soledad, mayores recuerdos viejos o enterrados; en las calles la gente va con el rostro ensartado en sus bufandas, sacos, etc... Y bueno, como extranjero no es lo mismo. Aunque sí, igual fue bello jugar con el cuerpo de la nieve...
¡Ay candela, candela, candela me quemo ae!
¡Escucha, escucha. Pusieron salsa. Vamos a bailar, anda. No, yo ya no bailo.
¡Ah!, pero si fuiste tú el que me contagió el síndrome dancístico hace unos años
¡Bah!, no, supongo que uno cambia...
¿Y esa vez en la Flor del Son, cuando pusiste mi mano en tu corazón, para que sintiera como latía? Me pareciste un verdadero apasionado.
No sé, igual sentía de manera diferente
Me confundes...
Me refería a la vida, claro.
¡Por favor! ¿Quién deja de hacer lo que le apasiona por..., por, no sé, por lo que sea...? Claro, quizá por otras pasiones. Bueno, tienes razón, veré si Alex quiere bailar...
¡Cómo quieras! ¡Has y vira todo lo que quieras!...
Mariana, Mariana...
Me recordaste la película de Alicia
¡Eh, sí claro! Y es mejor el libro...
¡No me des el avión, es en serio! ¿Qué pasa?
Me dijeron que tu sabes la dirección para llegar a la Cerrada..., mmm, deja recuerdo
¿Cuál?
Una que salió en una revista, Juan me dijo que le platicaste de lo mismo que yo hablaba hace rato.
¡Ah, claro! No, no sé...
El famoso efecto de la calle que se fuga hacia un valle.
¿No ves que estoy bebiendo y me sales ahora con que sepa de calles y coordenadas y calles que se fugan como si tuvieran pies?
¡Ah!, olvídalo..., sólo quería saber si sabías algo de ese fenómeno...
¿Pues qué es mental, o qué?
No sé, eso quería preguntarte.
¡Tus fantasías intelectualoides de revistas raras ! "Yo sólo sé que no se nada" ¿De quién era esa? Tú lo sabes todo ¿no?, por eso lees..., apantállame, anda...
Entonces estudias en Ciencias. Yo tengo algunos conocidos en Ciencias... En Biología.
¿De verdad? Igual y conozco a alguien...
Noooooooo, está preparando un Caballo, ¿qué hacemos? Aemmm, no sé mueve la Torre...
¡Buena jugada, eh!
Noooo, me comió mi Torre... ¿Algunas vez has jugado ajedrez?
No, no...
Cha..., pa' que confío en ti.
Pa' que escoges las negras.
Che supersticioso.
¿Qué tanto se cuchichean ustedes? Ya tira. La estrategia se pierde si te distraes. Además tu Reina no está protegida..., en cualquiera de estas te la como...
Ajaja, tienes una agujeta más corta que la otra, ¿a qué se debe? No es bueno estar corto de nada.
Chttt, no me albures we... No si no era albur, je. Mira tú como se entera uno de ciertas cosas...
Tú siempre con el doble sentido.
Pues claro, es como los refranes..., hay que sabérsela...
Pues yo ya no creo en el amor.
Mmmm, ¿Y eso? ¿Quién te quebró?
No sé, es un concepto en crisis.
Ah, ¿los conceptos sufren crisis?, ok, ¿entonces le Economía es un concepto?
Ajaja..., muy gracioso.
Bueno, quizá lo sea tanto como la crisis misma...
Ahora me dirás que todo está en el lenguaje ¡qué complicado eres y qué flojera me das!
¿Ah?
Por qué tan callada... ¿Te cayó mal el vino?

Te hice una pregunta ¿Porqué te pasmas a veces cuando uno te habla?
No, no si sí te escuché. Me preguntabas por la fiesta. estaba viendo por donde empezar...
Bien, bien, muy bien..., todos conversaban...

¿Nadie armó el baile, ni el desmadre?

¿Desmadre?, pues depende el ojo con el que se mire ¿no?

¡Ash, tu y tus refranes!

lunes, 23 de noviembre de 2009

Parasoledaje

Silencio el de las rodillas cuando luego de correr, correr, darse cuenta... La calle no tiene fondo. Tome la izquierda. Las callejuelas suelen ser cortas, despectivas, corredizas, cojas; muchas veces sin salida o calles dentro de calles que salen a las principales en apareamiento vial. Aquí no hay muro, no hay puerta, no hay boca a la otra..., no hay más ciudad, ni periferia, no hay más trazos de escuadras, ni esquina que cruce con...

¿Qué pasa? Estas calles, creí que conducían a otra calle que dicen que conduce a... Otro que trae ese cuento. No, aquí no es, más abajo es el Valle. Pero no terminé de... Mire ahí grita otro. ¿Sabe del río?, ¿qué, qué...?, ¿del río?, ¿cuál?, ¿el qué corre bajo la calle que sale por acá, lo escucha? No corren ríos hasta el Valle. Y otra..., ¿pero usted quién es?, hace tiempo que vino, le recuerdo bien. Lo dudo, es la primera vez que busco..., ¿busca algo?, ¿por qué no lo dijo antes?, ¿necesita ayuda? Buscaba una calle, ¿una calle?, sí una calle cerrada o cierre de calle. Abajo es el Valle señor. ¿Un Valle?. ¿No lo ve desde aquí, bajo esas montañas?, camine todo derecho de vuelta en ese cerro, prosiga..., oiga, ¿no querrá decir Valle en vez de Calle? No lo creo, crucé toda la ciudad, sus andamios, su claxon de hora pico y sólo buscaba..., ¿qué?. Dice que busca algo. ¿De verdad?. ¿Quién no busca hoy día lo que sea?. ¿Y él sólo busca una calle?, ¡qué poco ambicioso! ¿Otro más que busca?, ¡mira tú!, ¿y luego?, ¿encontrará?, ¿quién le dijo?,¿un familiar?, ¿quién?. Un amigo, mi madre, yo mismo, ¿acaso importa?. ¿Qué pasa?

Disculpe... Una mano en el hombro... ¿Me hablaba?, yo estaba, ¿qué?, estaba preguntando por..., ¡por el Valle! ¿Sabe dónde está?, yo lo busco también. ¡Eh!, no, creo que estoy perdido... El Valle de la Soledad, ¿ese busca? Yo creía... Momento, me habían dicho de una calle, a la que le dicen la Cerrada de la Soledad... ¿El Cierre de la Ciudad querrá decir? Bueno Cerrada, Cierre es lo mismo, algo se cierra, usted sabe, deja de conectarse con algo, o con alguien. ¿Si busca el Valle de la Soledad entonces? Busco el lugar más callado que linde con estas calles. Me dijeron que la Cerrada de la Soledad o con la Soledad .¿Viene solo? Yo, bueno, me estaban guiando para llegar ahí. Camarada, no hay nadie aquí más que usted y yo. Busco el Valle de la Soledad, justo al terminar una calle conocida como el Cierre de la Ciudad, esa calle se fuga en la perspectiva del Valle, a la hora del atardecer el ocaso le dará uno de los paisajes más bellos de estos parajes: el Parasoledaje. ¿Usted sabe de ese cuento? Bueno yo, quizá sí es el mismo, pero descompuesto.

¿Y qué busca en el Valle de la Soledad? La Soledad misma, eso busco, la Soledad y el Cierre de la Soledad ¿Y usted? Yo busco el Valle, para caminar, para meditar, para estar conmigo, para olvidarme, busco el Valle pues de la Soledad sólo sé que no existe. ¡Pero qué dice, si por eso busco esa tal Calle! No me haga reír, regrese a casa, no le vaya a pasar algo. No busque más la soledad fuera de sí mismo... No existe la soledad fuera de uno, siempre habrá algo, alguien, el propio Valle susurrando viento en su oído, quizá palabras desde la memoria: su recuerdo, o su hueco. Ande mire el sol que casi nos abandona, mire el Cielo y sus colores, antes que oscurezca también el Valle.

viernes, 7 de agosto de 2009

Doceavo paraje de los días sin nombre

Hey,¿estás allí? Tengo que contarte algo.
Ah, Farfán, venía distraida en los panorámicos.
Mmmm que raro lo de "distraida"
Sí bueno..., ¿y qué pasó?-
Le pregunté a Lía si quería ser mi novia y me dijo...
¿Sabes que me dijo?
¡Qué eres un mal bufón, tus chistes no le hacen gracia y finalmente no!
Mmm, no exactamente..., ella acepta a Farfán tal y como Farfán es.
Era una broma Farfán, sabes que yo también te acepto...
Algunas veces querida mía, sólo algunas veces. Pero así eres tu a tú vez.
Bueno disculpa, evitaré mi magro intento de humor negro ¿Y entones te dijo...?
¡Sí, sí, me dijo que sí, y me besó y soy un bufón feliz!
¡Ay sí estoy enamorado!
¿Envidia?
De la buena Farfán de la buena, además Lía me cae muy bien.
¿Y qué hay contigo?
Mmmm, ni hablar Farfán, el corazón sigue repleto de ilusiones.
Puf, ¿y luego qué les harás?,¿seguirlas alimentando por miedo a tocar realidad?
Eh muchacho, luego tocar realidad es peor que tocar fondo..., algo hay que inventarse para continuar.
Puedes inventarte un amor real, sigue siendo una invención en cierta manera, pero más sensible que la del imaginario.
¿Estamos? ¡Estamos!
Ven, ven al paraje, te queremos enseñar algo
¿Lía y tú? ¿Quién más? Los otros personajes eran parte de mis sueños, mis personajes ¿recuerdas? o ¿me quitarás los derechos de autor?
No Farfán, para nada.
Aunque tengo que decir que hicimos un buen ensamble. No tan aburrido después de todo.
Ven, ven... Mira ahí está Lía, ¿dónde?, allá junto a la laguna. El agua es muy límpida. Acercate, más, más ¿Quién está allí?
Nosotros, nosotros tres reflejados en el agua. Exacto. Y si nos escondemos tras de ti. Mmmm, sólo estoy yo.
¡Ahora cierra los ojos! ¿Porqué Lía? Tú confía y cierra los ojos, cuenta tres y abrelos.

1
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2
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3
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-Señorita, va a pasar el camión, tenga cuidado ¿Espera alguna unidad?
-El Anzaldo.
-Sale en quince minutos, la fila es esa que ve ahí atrás.

El charco de lluvia dejaba apenas una cuenta del reflejo. Sí Martín Adán, hay quienes nos consolamos viéndonos en espejos turbios, "charcas corrompidas"
¿Estás seguro?, yo todavía tengo esperanza en que de alguna de ellas salga un riachuelo pequeñito que llegue a los ríos subterráneos de esta ciudad y aprenda a esquivar la corriente y quizá llegue al mar luego de viajar y viajar, conectarse, hacer relaciones; sin embargo su destino más cercano es que el sol exprima los rostros reflejados al amanecer y a la mañana siguiente ya no haya nada, ni señal de charco, hasta la siguiente lluvia.

-A Avenida México por favor.
-Cuatro pesos.

Lía y Farfán ríen a carcajadas en la laguna.

jueves, 16 de julio de 2009

Onceavo paraje de los días sin nombre

¿Cuánto tiempo ha pasado dices? Sí, lo supuse, quedaste adisgusto con la última historia. Exageraste. La vida apenas empieza a desilusionarte, si te pones así por una historia mal contada ¿qué pasará con una realidad en la que te veas mal expuesta? Siempre me escucho como bufón pasado de moda, lo sé. Pero bueno. Trataré de aburrirte menos con la historia de Cirro Lía, aunque de una vez te advierto, la vida humana también es aburrida y a veces es más difícil sobrellevar eso que la actividad más desgastante del mundo. Para empezar la vida de Cirro era aburrida, pero a él eso no lo desagradaba. No pasaba lo mismo con Marcela, cuyo carácter efusivo e hiperactividad eran lo opuesto al humor y personalidad de su marido. Su queja era siempre la misma: "Yo he estado aquí siempre para ti y cualquier actividad es más importante que pasar una tarde juntos, ya no se diga otra cosa".

Así, la vida de Cirro rayaba en el intento de divertir a su esposa el poco tiempo que convivían, infructuosamente, la mayoría de las veces. Ella vivía en el pasado de su relación, cuando "todo se finge para agradar al otro", aumentaba. Cirro creía que aquellos comentarios y actitudes eran formas de chantaje de Marcela, por los que no les daba importancia. Iba del despacho a la casa, pedía la cena, daba un beso fríamente y alegaba que debía levantarse temprano para llegar al trabajo. En la mañana preparaba el café, servía dos tazas y por lo general se tenía que levantar antes de que ella terminara el último sorbo y tras haber cruzado un dialogo bastante monótono: "Buenos días" "¿Dormiste bien?" y demás frases cortas.

Bueno si ya. Mucha emoción. De todos modos ya sé que va a pasar Farfán, se acabó el misterio. Supongo que ella comienza a engañarlo ¿no?, sino no sería el típico melodrama del cual todo mundo esta pendiente, a pesar de saber las consecuencias.

Vienes muy quejumbrosa Lía, me tendrás que contar que ha pasado contigo estos meses. Mmmm, mejor dime que pasó luego de que los cachó haciendo el amor en el cuarto.

Al principio pensó en matarlo a él, luego a ella. El suceso lo trastornó. Toda su pasividad pasó a su opuesto, en un segundo. Lo más sencillo era el divorcio, pero él empezó a tener cuadros depresivos terribles que iban en aumento y en aumento y en aumento. Pensó en vengarse de ella, escribir una gran carta, planear una muerte igual de aburrida que su vida, hacerla sentir culpable.

¡Qué cobarde!¡Eh, los hay peores! ¿Y qué hizo? ¿Ya sabías el final de la historia, no? Pensaba en matarla a ella, luego a él...y, supongo que finalmente fue a él. Lo peor de todo es que ese "él" era un cliente amigo suyo desde hace años. Excelente amigo suyo, por cierto, su mano derecha para tomar ciertas decisiones ¡No lo mataría entonces!, ¡no realmente! El le sería fiel como el no lo fue con él. Ya sabes, en verdad se trataba de serse fiel a sí mismo ¿Entonces?

Fue con un psiquiatra, fingió que estaba loco, trastocó toda la información referente a su vida. Dijo que sufría alucinaciones, que veía cosas que no eran... ¿Y? El doctor le mandó unos sedantes. Compró tres frascos... ¡No!, ¡no es cierto! Sí querida Lía. Escribió una carta haciendo sentir a su esposa como la peor de las mujeres, responsabilizándola por su muerte. Una carta hiriente que jamás pensarías escribiría el Cirro del que has oído hablar en estos relatos. ¿Entonces cuándo vimos a Cirro y la mujer barbada en verdad asistíamos al festín corporal de dos cadáveres?

¡Epa! Tu mente es peor que la mía. No Lía. Tanto las personas que mueren asesinadas, como las que se suicidan no tienen acceso a la famosa Eternidad ¿cierto? ¡Prosigue! Ellos dos fueron personajes de mis sueños durante siete meses ¿Cómo llegaron a ellos?, no lo sé, pero cada uno me contó su historia. Me habías dicho que Cirro se había ido de la cueva sin decirte su historia, mentiroso. Bueno Lía, hoy parece que comiste gallo. Pues no. Todo lo que te he contado son estrategias que fui hallando para sacar información de los visitantes de mi sueños y, finalmente, decidí ayudarlos a superar aquello que no los dejaba morir en paz. Me hice el hacedor de mis sueños. Aprendí a estar despierto en ellos, a poder movilizarlos de acuerdo a mi agrado. Así fue que busqué una forma de redención para ellos. Se me ocurrió que la única y más hermosa era que renacieran tras hacerlos morir al uno dentro del otro. Hay personajes que accionan en mis sueños a placer y ante los cuales yo sólo puedo agachar la cabeza, el viejo de los pájaros, por ejemplo; quizá es que ésto estaba destinado a ocurrir en mis sueños.

Dos muertes unidas para generar un sólo renacimiento, el del ave fénix, el ave inmortal que en algún momento construye una pira funeraria en su propio nido, la rellena de inciensos y plantas aromáticas, y al tiempo que entona la más bella de todas sus canciones, se prende a sí misma hasta extinguirse. No existe otra ave, cuya forma de reproducción sea precisamente el renacimiento. Mi sueño trasformó la dualidad en unidad y le engendró alas. Te parecerá ridículo, pero ocurrió de esa manera. Ya no he soñado con ninguno de los dos. De pronto los extraño. Cada vez que enciendo un cerillo me pregunto cuánto tiempo podrán resistir siendo Ave Fenix sin inmolarse. He allí la mayor prueba a la inmortalidad.

viernes, 1 de mayo de 2009

Décimo paraje de los días sin nombre

Si tan sólo ella pudiera enamorarse de "alguno"..., de Farfán, pero ¡ah!, "la realidad" le da mejores mieles que este paraje distante; objetivos, perspectivas tal vez más palpables que nosotros...
¿Qué tanto oras Farfán? ¡Lía!, me asustaste. ¡Te tardaste mucho tiempo en venir! Ehem yo estaba, bueno estoy concluyendo... Sí, sí me dirás que hay "objetivos" que te hacen dejarnos a un lado ¿no?,¡con lo que pasa del otro lado pudiste haber venido antes! De hecho aquí estás segura. Pero Farfán... ¡No te excuses! ¿Y ya escribiste algo sobre lo que pasa del otro lado? No... Mmm sería interesante, tanto como aquél ejercicio en el que te pedían contar una historia sobre un día en el cual la ciudad amanecíera sin gente, sin nada: vacía; te acordaste entonces de dos sueños que habías tenido previamente: Ni una sola alma, si acaso hojas crujiendo con el aire, piedras, hormigas;supiste entonces que te gustaba generar ambientes. Tienes mejor memoria que yo... Para eso estamos... ¿Y bien? Aquello de lo que recuerdo en esta semana fue pasar con el coche y ver la combi de los helados con música de maquina interpretando "O sole mio"... Y nadie que comprara un helado. Salir a pesar de lo que dicen por causas "de fuerza mayor", protegida con todo lo que dicen y ver como hay los que hacen fiesta y aprovechan, los que sí siguen las reglas, los que... ¿Te imaginas que alguien que conocieras tuviera esa enfermedad? ¿Así sí creerías? Yo no he dudado en que exista, sólo que está muy manipulado. Bien ¿cómo te sentirías sí te llaman para decirte que murió alguien querido a causa de ésto? Luego si nadie puede salir ¿dónde lo velarían? ¡Farfán! Vine a escuchar la historia de la mujer barbada y Cirro, a desconectarme un poco de lo que pasa allí afuera... Ok, ok, sólo quería que tomaras conciencia ¿Qué recuerdas de ésta mañana? Levantarme a preparar el desayuno y escuchar "Quizás, quizás, quizás" a las casi diez en la voz de Rigo Tovar, al otro lado del jardín o más lejos aún. Ok... ¿Recuerdas la pista? Va algo así ¿no? "Siempre que te pregunto que cómo cuando y donde tu siempre me respondes quizás, quizás, quizás. Y así pasan los días y yo desesperando y tu, tu contestando, quizás, quizás, quizás. Estás perdiendo el tiempo, pensando, pensando. Por lo que más tu quieras, hasta cuando, hasta cuando..."
¿Claude? ¿Claude? Miren nada más a la mujer con barba más bella del circo. Si tan sólo pudiera afilar mis cuchillos en sus cabellos y afeitar su rostro. No sería más la atracción del circo "Q" por supuesto, pero podría tocar su grácil belleza, su barba partida delineada por mis dedos "couteau, couteau, couteau" ¡Ah! tan masculinamente femenina...
¡Vete Grille!
¿Por cuánto tiempo pensaron que salías con Mariana?, a quien si acaso mi buen tino no ha atravesado de par en par, por el contrario ha delineado su silueta para el público. Ahora sabemos que te trae loca ese trapecista de nueva envergadura: Nicolá. No imagino tus fuertes muslos enlazados al frágil torso de ese "contorsionista". Lo harás pedazos, ja. Si no te gustan las chicas, cuando menos tus gustos varoniles son altamente femeninos. Nicolá es "el hombre" más fino que se ha visto por estos rumbos circenses.
Déjame en paz Grille, o hablaré con Tartún.
¿Con el director belleza mía? ¡Ay qué tierna eres! Barbuda pero no puedes protegerte de nadie por ti misma.
¡Tartún,Tartún, Grille me está molestando diciendo que Nicolá es una nena velluda!
¡Eh! ¿a dónde crees que vas? Vuelve al Camerino al instante ¿Claude, Claude?
Y así, la vida de Claude no era precisamente un paraíso. Sólo tenía tres amigos: El mago Avatar, Mariana y Tartún. Y en efecto sentía un cariño muy especial por Nicolá, a pesar de su corta temporada en el circo "Q" ¿El no estaba allí desde siempre? No Lía. Nicolá había llegado del sureste, Tartún había detectado su talento y convidado a ser parte del circo. Era un chico bello, no sé si realmente pudiera decirse guapo. Sus rasgos eran muy finos, su rostro simétrico y afilado mejor que cualquier cuchillo ¿Y qué pasó?
¡Tartún, Grille otra vez! ¡Ah Claude. Te he dicho que no lo cambiarás, es inútil. Es el más niño de todo el circo. No sabe obtener nada por la buena vía y luego sus amistades: Colmillo el domador de leones... No le hagas caso, ignóralo.
Pero es que ni así entiende.
¡Claude, Claude, Claude! No le contestes, no hagas nada. Entenderá y se marchará.
Cada noche Nicolá y Claude platicaban en la carpa del circo. Nunca se supo si en verdad pasó algo entre ellos. El conflicto comenzó cuando dejaron la carpa para ir a conversar al camerino de Nicolá. Los celos de Grille eran tremendos. Aseguraba que hacían el amor día y noche, que se besaban, escuchaba tras de la puerta los sonidos que su imaginación gestaba para encontrar una razón que lo anclara a Claude.
Nicolá era tímido, le gustaba darse su tiempo para conocer a las personas. Se sentía solo en el circo. Su huída no había sido sencilla. Dejarlo todo por el sueño del trapecio. Su única amiga era Claude. A los demás los trataba con diplomacia. A ella la quería, pero temía arriesgar a la única persona en que confiaba. Finalmente pasó. Claude fue al trapecio a ver el ensayo de Nicolá, charlaron un poco, ella lo acompañó al camerino y él distrajo su miedo en el atardecer. Le detuvo la barbilla en sus manos. Acarició los cabellos que bajaban hasta su cuello. La puerta del camerino ambulante se cerró con los últimos rayos del sol. Grille pasadas las nueve se acercó al camerino. Ésta vez no era su imaginación, no lo era. Montó en cólera y se dispuso a orquestar un plan, fue con su amigo el domador de fieras y elucubraron toda la noche. Pasó un mes en el que Grille fue mucho más amable con todos los miembros del circo. Un mes en el que no molestó a Claude y por el contrario la saludaba cordialmente. No buscaba ser adulador ni cambiar demasiado, sólo ser un poco más amable.
Mariana ¿dónde estás Mariana? ¿Pasa algo Grille? Se nos ocurrió un gran espectáculo a Colmillo y a mi. Ven te cuento ¿te ofrezco algo de tomar, un vaso de agua? Ven al camerino. Gracias Grille. Pues mira el plan es el siguiente, ¡ya lo hablé con Tartún está fascinado! sería una combinación del espectáculo de Claude, con el de Colmillo y el nuestro...
Mariana escuchó todo el relato de Grille hasta que el sueño la venció.
¿Claude, Claude? Mariana está privada. No sé que bebió, o qué comió, pero es imposible levantarla, no podrá estar en la función de hoy. ¿Podrías suplirla en el "Lanzamiento de cuchillos"?, mira que últimamente ya no te he molestado. Ya hasta Tartún aprueba mis comentarios y sugerencias al mejor aprovechamiento de la hora de circo.
No te creo Grille. Iré al camerino de Mariana.
Por más que intentó no pudo despertarla.
¿Y luego qué pasó?
La carpa se llenó de gente ese día. Estaba programada la función de los cuchillos justo después de la de Nicolá ¿Ya sabes que pasó, no? ¡Dímelo tú Farfán!
quince cuchillos, cada uno enclavado al rededor la silueta de Claude. El último de ellos marcó la silueta de su corazón... ¿Qué? ¿Pero qué forma más absurda de morir? Pero si ella sabía que Grille..., y Tartún también, seguro Avatar... Lía, Lía, no todas las muertes son "espectaculares" y sin embargo ésta lo fue. A tí te parece absurdo porque igual has visto cada "nueva" modalidad de muerte en tu tiempo, que ya nada te sorprende, que esta historia te aburre. ¿Pero entonces Nicolá? Nicolá sufrió mucho ¿Aquella noche del camerino pasó...? Nunca se supo Lía. Nicolá se fue del circo la mañana siguiente. Nadie supo que pasó realmente entre él y Claude ¿Tú crees que haya pasado Lía? Por los dos espero que sí. Tú bien sabes, porque lo has vivido, que se cierran las puertas por muchas causas ¿Pero tu descripción fue obvia? No necesariamente, él sólo le acarició la barbilla, la condujo dentro ¡Por eso es obvio Farfán! ¿Otra vez altiva jovencita? Ya sabemos que Grille oía y se imaginaba lo que la pasión le mandaba a su mente, ¿entonces? ¡No Farfán, no puedes hacerme esto! ¿Qué tiene de malo que hubiera o no hubiera pasado nada? Pues la infelicidad de ambos. Por favor Lía di algo que no sea trivial. Además su amistad..., que ella fuera la única a la que él hablaba.
En todas partes hay secretos Lía, los que no se develarán ni con ciencia cierta. Al parecer sólo Avatar podría haber desentrañado el entuerto ¿Y por qué? Porqué era el confidente de Claude ¿Y alguien le preguntó algo? Al parecer la relación fue secreta, fue un pacto de ellos Lía. Nosotros sólo sabemos el resultado y tú estás más preocupada por lo que pasó o no pasó antes de preguntarte algo más fundamental... Si Claude murió, entonces Cirro ¿Qué tiene que ver Cirro con todo esto? Al menos que Cirro también… ¡El secreto. No supímos el secreto! ¿Quiéres preguntarle al señor de los pajaros? Entonces lo que le susurraron los pájaros era... Ajá. Pero él no habla nuestra lengua ¿Tú entiendes el lenguaje de silbidos? No Lía no. Pues tendrás que venir nuevamente Lía para que sepas lo poco que pude sacarle al Cirro. Yo sé de tus metas y ocupaciones, pero quizá descubras algo más allá de que "no hay nada oculto bajo el sol." ¿Tú crees Farfán? Anda Lía, la historia parece que te cayó de peso.

jueves, 2 de abril de 2009

Noveno paraje de los días sin nombre

¿Y luego qué pasó?
¡Ah!, creí que la joven Lía ya se había agotado de escucharme y había preferido clavar su mirada al horizonte como suele hacerlo cuando ya la cansó alguien o algo y prefiere hurgar otros panoramas más lejanos, y sacar de quicio al hablante cuando éste le pide el hilo de lo que cuenta y ella le responde "¡Mira esa nube al fondo con forma de señor que estornuda!"
No Farfán, no es así.
Ven, ven.
¿A los parajes?
¡Shhhhhhhh, Silencio! ¡Te van a escuchar! No sé si estás preparada para ver esto.
¡Bufón!
¡Ah!, sí ya sé que me vas a decir. La joven se piensa apta para ver de todo. Bueno pues entonces coloca tus manos sobre tus piernas, respira placidamente y los verás ¡Qué tripleX ni que tripleX, erotismo puro, corporalidad pura! ¡Ah contadorcillo de porquería y su suerte!
¡Tus comentarios, ah! ¡Es que no sabes lo que es la adrenalina del paparazzi asomado en la escena inoportuna de los personajes, la cual desea atrapar con la sutileza tal de no ser adivinado! La diferencia es que no traemos cámara y nuestra única intención es “experiencial”, si se le puede denominar así ¿Ya estás dentro?
Eso creo. Pero ¿no qué eras un ser alejado ya de todo deseo humano?
¡No me molestes! ¿Te imaginas una sílfide en este momento para el bufón? ¡Ah, eso también es espiritualidad señor! ¿Qué ves?
Árboles enormes que tocan el cielo y un rayo de sol que intenta rasgar los besos de las hojas inútilmente.
Bien, entonces ya estás aquí ¿Muy diferente a una cabina de vídeo, no? ¿Me ves? Aquí abajo del Níspero. Tendremos que caminar un poco más.
¡Risas!
Ajá, cállate, cállate, que si Cirro se entera de esto no regresas de los parajes al 2009.
Ahora quédate aquí y observa ¿Los ves?
¡Sí!
¿Distingues quién es quién?
A la distancia no, y en cópula menos.
Es correcto. Ella fue por mucho tiempo la mujer barbada del circo "Q"
¿Los del rito?
Sí, algunos miembros del circo fueron devotos cómo no: los payasos, el mago, la trapecista y el elefante.
¿El elefante? ¿Y cómo sabes?
Porque se hincaba antes las imágenes a las que hacían reverencia y alabanza. Los elefantes son muy inteligentes no los menosprecies.
Si no lo dije por eso.
Bueno, bueno, pero estamos haciendo mucho cuchicheo, de suerte que están lejos que si no... ¡cuello!
Si te digo que no se han dicho una sola palabra ¿me creerías?
¿Pero que no él debía contarle a ella su secreto?
¿Te creías muy perspicaz, no? ¡No todo es predecible en la vida jovencita!
Pues no fue así. Lo que Cirro no se esperaba es que no tuviera que recurrir a ningún intento de artificio para "ligarla", fue instantáneo. Ella, desnuda abajo de un cerezo mirando su imagen en el claro del agua. Es una lástima que en tu 2009 las personas ya no se miren fijamente a los ojos con esa frescura con la que éste par se vio. Los hubieras visto. Te lo perdiste en tu ajetreo cotidiano.
¡¿Viste todo eso chismoso?!
¡Mujer qué tiene de malo! Fui discreto. En sí me preocupé por el camino del Cirro. Además olvidó su libro de contaduría en casa y se lo quería dar, pero llegué tarde pues ya estaba en otra "repartición"
¡Bufón!
¡Ah, barbara!, no me limites ahora que estoy con "el alma" en un hilo. Ese mi amigo sí es hombre, que llegué a dudar de él en algún momento.
Pues yo diría que ahora ya no es siquiera eso, ni ella tampoco es ella.
¿Cómo denominas tú entonces a la unión carnal joven Lía?
¡Esa no es una simple "unión carnal"!
¡Es correcto! ¿Cómo lo supiste?
Por lo que me cuentas surgió naturalmente, y a este instante ninguno de los dos sabe cómo es que están el uno dentro del otro ni lo querrán saber. No hubo plan, no hubo regla, no hubo ley y dicen que eso es pues el amor.
¡Ah, sí tu muy sabia! Pues se equivocan los que dicen que el amor es esto y lo otro y lo de más acá. Sí, hay sentimientos que surgen espontáneos y eso es innegable, y a nuestro contador y la mujer barbada les pasó eso que le vamos a hacer. Es una lástima que hasta ahora...
¿Por qué Farfán?
Me estoy adelantando demasiado.
¿Cirro no ha sido una buena persona?
Niña ¡no quieras saberlo todo! La vida de ella tampoco es fácil y bueno...Vente aléjate un poco...
¡Farfán mira Farfán!
¡Vente, vente, nos van a cachar!, mejor regresemos.
Pero es que Farfán observa...
¡Niña qué...!
¡Un Ave fénix!
¿Pero cómo pasó eso?
Tú y tus ansiedades..., no lo viste, fue impresionante, de pronto cuatro alas se hicieron dos y luego las dos cabezas se hicieron una y pronto el ave se irguió y nació en el cielo.
¡Se convirtieron en una Ave fénix!
Sí Farfán pero cómo...
¡Me veré obligado a contar la historia completa!
Volvamos... Por cierto jovencita ¿Tú no estás enamorada?
No Farfán
Mientes
No Farfán
Sigues mintiendo
No... Bueno es que el enamoramiento es una ilusión, no es el amor...
¿Vas a empezar con tus definiciones? ¡Anda, suelta eso ya! Es absurdo Lía. Tienes miedo a olvidar lo que es estar sola, pero..., ¡te pierdes de algo tan bello por eso! Te pasará lo que le pasó a la nana "Bella Paz" ¿recuerdas ese cuento?
Sí Farfán pero...
Nada de peros, no me respondas si no quieres, respóndete tú ¿A qué le tienes miedo, a más soledad? Es un pacto ¿no?, te lo has dicho tantas veces. Al final del viaje no hay leyes, no hay regla, no hay plan ¡Deja que ocurra Lía! La soledad vuelve finalmente y es mejor haber vivido la compañía que entretenerla para seguir con ella por no desacostumbrarte ya que te has sabido hacer "feliz" con tu solitude. Y...
¿Me contarás la historia de Cirro y la mujer barbada?
¡Ah!, de nuevo te saliste por la tangente. En fin joven Lía, habrás de volver a los parajes entonces en estos días y sí, te contaré la historia de Cirro y la mujer de los cerezos, conocida en el circo como "la mujer barbada" Y tú niña de sombra y soledades, siente esto que te digo. No me eches en saco roto.
Pero sí todo está bien Farfán...
Mmmm, no sé pequeña Lía, no sé. Eres una mentirosa muy audaz pero finalmente mentirosa.

martes, 24 de marzo de 2009

Octavo paraje de los días sin nombre

A Geo y las chicas de Shaktala

Camino. La tierra rojiza extendiéndose abre el paisaje de la montaña... ¿Qué se aprende en el vacío? Viví en la caverna de un bufón loco cuya meditación no sale de su sonrisa. Soy Cirro y vengo del norte. La soñé y quizá el farsante en medio de una fanfarria tenga razón en que he de contarle mi secreto ¿Quién fui? Mentírle al tal Farfán fue tan sencillo. Aquel fraude..., la ruptura con..., mi resistencia a..., mi miedo..., mi fuga hacia..., y finalmente estar aquí. Escucho una tonada oculta entre esos árboles . Me asomo. Un hombre barbudo, enflaquecido, rodeado de pájaros, silba. Su edad semeja la de Matusalén. Me mira profundamente reclamando mi ruido. Disimulo mi presencia. Los pájaros trinan y él silba igual que el trino. Parece llamarme con el ceño. Me acerco. Me siento un intruso en un paraje de silbidos.
Fiu fi fu fiu fi fu fi fi fiu fu fi. No emerge una sola palabra de sus labios. Fiu fi fiu fi fi fu fu fiu fiiiiiii.
Fiu fi fu fuifi fi fi fu fiu fi fi fiu fi fi fiiiii. Me señala haciendo remolinos con los dedos a los pájaros y repite fi fu fiu fi fu fi fi fiu fu fi. Con esto entiendo que los pájaros son sus amigos y entienden su silbido. Intento. Fu fi fi, mueve la cabeza, fiu fi fi, mueve la cabeza, fiu fi fi, mueve la cabeza. Es imposible, no me entiende. Los pájaros empiezan a silbar como yo, pero juntan cada sílaba de mi interpretación. Fu fi fi fu fiu fi fi fiu fi fi. El hombre se acerca consternado y me abraza, me abraza muy fuerte y todos los pájaros me rodean ¿Qué dije?, me pregunto. De pronto el silbido se define fi tei fi tei fiu di ti fi tei tei di ti fi fi fiu fi tei tei di ti ta fi fiu fi ta fiu ta. Aquellas nuevas sílabas parecen provenientes de otros vientos. fiu fiu tei fiu di fu tei. De pronto me imaginé a esas aves como cenzontles. Pero el viento musitó Khyung khyung... No supe si me entendían pero luego de ese abrazo supuse que lo que había dicho había sido muy significativo como para despertar la compasión de las aves. Dejaron de abrazarme y el hombre señaló una brecha que abría luz a otro camino. Me adentré. Ellos siguieron el silbido y el trino. En ese momento sólo hilé que tanto lenguaje aprendido, tantas veces no servía para nada. En ese abrazo obtuve un canto, dedicado al consuelo de mis preguntas. Y no hizo falta más. Sigo el camino y más adentro percibo un claro de agua. Dos amantes juegan desnudos, risa y risa, sin palabras. No les hacen falta. Las olvidaron también. Sólo las miradas y la risa; la risa, el enlace de los cuerpos. Sigo, no deseo interrumpir ni llamar su atención. Tan felices ni me percatan tras la hierba. El camino se hace angosto, muy angosto, cada vez más angosto, hasta que lor árboles vuelven a abrir su tejido de hojas y entonces la veo, sentada en una roca, mirando la lejanía. Es ella.

viernes, 13 de marzo de 2009

Septimo paraje de los días sin nombre

—¡Eh! ¿Estás allí?
—Sí bufón...
Cirro se fue. Dejó una nota.- Querido Bufón (Farfán para los amigos): soñé, soñé que... , bueno, el caso es que en mi sueño se me dijo en donde encontrar lo que quiero ¡Ya sé el camino del que me hablabas! ¡Finalmente lo sé!
— ¿Sabes? Le había empezado a tomar cariño. Recuerdo cuando le pregunté qué demonios hacía un contador publico. Con eso de que los ingenieros dicen que iban a buscar a las contadoras cuando querían algo bueno pero no serio pues, tenía curiosidad. En verdad. A pesar de ser un bufón culto, no sé que hace bien a bien un contador publico. Se río de mi. Al final él me hacía reír más a mi que yo a él ¿Quién lo diría? Él poseía una verdadera sencillez luego de desenmascararlo. Yo no. A mí me cuesta quitarme el disfraz de risa, y por eso mi risa se volvió amarga. Esa vez me respondió de memoria lo siguiente. Me dijo que se lo habían hecho aprender. Tengo fresca su memoria de elefante superior a la de Funes. Ese día citó a toda velocidad como si hubiera estudiado retórica.

Un contador dictamina sobre los estados financieros de una entidad. Maneja el sistema de información financiera y contable como elemento básico para la toma de decisiones. Evalúa la situación financiera de la empresa. Orienta las decisiones administrativas y tributarias de la entidad, con base en la información financiera. Evalúa la actuación de los diferentes departamentos bla, bla, bla, desarrollando programas en los que se pueda fundamentar la planeación positiva. Deberá hacer examen de los registros contables y de los estados financieros para certificar su exactitud. Deberá conocer el marco jurídico legal etc, etc. Deberá conocer, comprender y evaluar las realidades humanas y sociales que influyan en la información financiera.Está obligado a realizar todos los servicios que desarrolla con la más estricta ética profesional... Algo así.


Y luego como si fuera su Padre Nuestro citó algo que denominó decálogo:

Amar la Contaduría Pública sobre todas las otras profesiones
No firmar con su matrícula en vano
Bendecir el 1º de marzo día del contador
Honrar a profesores y compañeros por sus experiencias compartidas
Evolucionar a las empresas
No aceptar contratos impuros
No evadir impuestos pero si eludirlos
No juzgar a los colegas o auxiliares
Utilizar el sentido común
No codiciar los clientes ajenos.

Y le hubiera seguido. Ya había empezado con el juramento JURO POR DIOS Y POR LA PATRIA, cuando no pude evitar salirme por la tangente y decirle: ¡Ea! moralinito y portador de la Fe publica. Entonces ya tengo quien decida por mi de aquí al final de la mi existencia. Así que ustedes liquidan impuestos y todo esos rollos tan "básicos" pero que uno no hace porque ya hay alguien que lo haga por uno. No le causo gracia. Luego lo miré con ojo mordaz y empezó a reírse. Gracias Farfán. Gracias por hacerme ver que no debo tomarme tan en serio.
Parece que fue bueno en eso, según me decía, y yo le dije que como contador de chistes ya soy muy malo. Luego le pregunté de las contadoras y nos reímos aun más.
Me ha dado vueltas la cabeza. Luego de que aprendí a querer al sujeto más enajenado de verse en el vacío, ahora lo extraño a ratos. Aprendió a estar sin leyes ni éticas que seguir. Por lo menos en la cueva aprendió a reírse un poco de esa formalidad, de esa corbata que invisible le colgada del cuello, la que tanto le apretaba.
¿Y por qué ya no abriste ningún libro de filosofía? Le dije. Por que no quería desenfocarme. Por que me agarró la vida y el trabajo y el tiempo y pensé que los otros eran los que me impedían llevar a cabo mi "razón" y mi "lógica". Jamás pensé como ahora me hiciste ver, que realmente no eran los otros los que me impedían hacer las cosas, sino yo el que no quería aceptar que estaba mal, que traía un bloque en mi cabeza. Que quería alcanzar algo a corto plazo. Me volví egoísta, ególatra. Y tienes razón Farfán, la filosofía y la contaduría tienen la ética en común, también la razón y la lógica, y sumadas a lo que estudié harían, además de un compromiso, un humanismo el trabajo en las finanzas ¡Filosofía y matemáticas! Ya sabes luego como se ponía de romántico y tiraba sus discursos parecidos a libro de autoestima personal. Gracias Farfán, gracias... Chistoso el tal Cirro. Pensar que antes odiaba a los sujetos que hablaban así, bajo la nómina de "Y hoy cambié" Igual me estoy dejando llevar por sentimentalismos baratos. Pero ya sabes como soy. Se volvió no tan mala compañía el Cirro ¿O es la costumbre ya la que me hace extrañarlo?
—Yo conozco a un escritor que estudió contaduría. O algo así creí escuchar. Tiene un café, allá donde él vive. Le gusta preparar chocolate Don Gustavo para los amigos. Es un hombre terreo. De pocas palabras en apariencia, pero sincero cuando decide contar una historia de su vida. Lo recuerdo con afecto, a pesar de que por otras causas me alejé de él y de su grupo de amigos. Siempre pensé en él como el más noble del grupo. Los otros hacían bromas de pronto. Lo vi hace poco acompañado por una chica que creo es su novia. Él le prestó un libro a mi madre y yo le presté otro. Alguien con quien salí de ese grupo decía que él era de las pocas personas que lo hacían reír. Reír a carcajadas ¿Te suena Farfán? La única diferencia es que a él no lo vi enojado en momento alguno, y todas las veces que me lo he encontrado es muy jovial. Generoso, buen amigo.
— Sí. Las personas son más sencillas de lo que creemos. Quizá nosotros las hacemos complicadas. Y tú mi niña, has estado triste ¿Di por qué?
— ¡Ay! Bufón, bufón. De pronto siento que los demás piensan que les doy mi tiempo por llenar mi vacío. Porque tengo mucho tiempo libre o realmente no estoy en una dinámica fuerte laboral, ni en la enajenación del mundo que mencionabas y a tantos nos alcanza y nos revuelca si nos dejamos. Y no es así. Pocos tienen la capacidad de ver que es un acto de amor. Que es por compartir, que quizá mi trabajo pudiera ser leer y leer y leer diez libros por semana aunque sólo entienda la mitad. Pero no. De pronto me detengo y digo: existen los otros, los otros a los que amo: mi familia, mis amigos. Si acaso el amor puede concebirse más allá de la carne. Yo por lo menos lo llevo más allá. Pero no. Piensan que realmente tengo tanto tiempo libre y tan pocas "ocupaciones" que por eso tengo para dar y compartir. Yo digo que depende que se considere por ocupación y si sólo ser ejecutivo, trabajar en un despacho, o en cobranza te hace figurar como persona "ocupada". Igual puede decir la señora que contesta el teléfono de su casa "Háblame luego que estoy ocupada", porque su telenovela no ha terminado. O no se quiere perder la escena de como el villano mata al abuelito de la protagonista. Mamá dice que soy muy egoísta, otros que me excedo en generosidad ¿Quiénes están en el extremo, los que me juzgan o yo que no observo el juicio hacia adentro?
— Mi niña ven te abrazo, ven te beso ven te tomo entre mis brazos. Yo soy tu bufón y lo sabes. Yo soy tu bufón que te ama más que ningún otro bufón pues hablo para ti, desde ti. Ven te lleno de besos. Tanto tiempo has negado a tu bufón ¡Quítale la máscara a tu bufón!, ¡ríete con tu bufón! Acepta a tu bufón como él es, para que el mismo suelte la carcajada, como sólo tú lo enseñaste a ser. Cirro se ha ido. Descubrió que quiere algo más que el vuelco de sus recuerdos que no le sirven de nada en este paraje. Ven te abrazo mi niña, ven te beso mi niña. Ven te río entre mis brazos. Yo soy tu bufón amado. Yo soy tu bufón que te ama más que todos los bufones que están por el mundo. Mirame el interior mi niña. Mirame la risa contenida y ríete con ella, o rómpeme si es necesario para que brote toda el agua que guardas por mar. No lo dejes mi niña. No dejes esa parte tuya. Si tu derecha es egoísta y tu izquierda dadivosa o a la inversa, aprende a darte y luego a dar y olvídate de los juicios. Cada quien tiene un juzgado adentro, cuyo juez puede ser tan cruel en la tortura como él desee. Tú no te tortures mi niña, que aquí está el bufón que te ama más que todos los bufones que están en el mundo.

jueves, 5 de marzo de 2009

Sexto paraje de los días sin nombre

A Norma Salazar
Me lo he dicho muchas veces. A estas personas se les ha olvidado "pensar". "Pensar" como se podría "pensar" en una casa de agua con tuberías de cera, o en el hombre de los pies teñidos de azul por el frío, o en la guerra cuyas cadavéricas fotografías ya no es asombro verlas en primera plana. Así, pensar y pensar. "Pensar" la música a tal punto que el compositor olvide que puede hacerse de una botella un instrumento; o como el año aquél que se celebró el Día de la Música en el IFAL y dieron un concierto con cazuelas. Hemos olvidado que en los rituales antiguos no había guitarras, ni saxofones. Quizá sea un error hablar de impostores o sicofantas, que al final de la compostura del lenguaje son aguja en la misma tela, cuando hay que hablar de aquello que eleva la conciencia humana ¿Qué podría saber de lo que eleva a cada quien y hacia donde? Molière siempre quiso ser trágico y por el contrario se volvió inmortal por la comedia. Al final hasta a él mismo le gustó tal teatro.
Tengo una lista de escritos pendientes: un diálogo poético con mi padre, con el que a caso pueda cubrir el poema que le debí en vida; o mejor, preguntarle en sueños que verso le gusta más, si ese es el recuerdo tal cual lo vivido. También entre los pendientes están: una carta a Dios solicitada por el médico, aunque me pregunto si la necesitará en ese formato, que acaso con tal Esencia es mejor comunicase de otras maneras más sutiles todavía. Algunos escritos sabotaje que me librarán de algunos pendientes internos y otros planes más orgánicos, no por eso menos competentes. Y todo ello debo hacerlo con el mismo instrumento: el lenguaje. El lenguaje generó tanto el pensamiento como el ludibrio, esa capacidad de juego y mofa. Ese homoludens histórico, si así lo quieres. A veces he leído libros con palabras tan "pensantes" como apotegma, gnosos, focus, pathos, hemeóstasis, hierofanía, etc , etc..., muchas de ellas necesitadas del recurso del diccionario. Pero en los parajes, si observas a cada uno de sus habitantes, verás que en ellos la falta de cordura en su genio ¿No los has visto? Mira, acercate. Trata de desconectarte un poco. Mira aquí, aquí, más cerca ¿Ya ves bien...?
—Farfán, Farfán... ¡Farfán, dónde te metiste!—
— ¿Cómo lo supiste. Ella te lo dijo verdad? ¡Me traicionó la desgraciada! Eso me pasa por..., me lleva..., pero cómo..., si tú no sabes de... ¡No! Rompiste mi pacto con el señor de la montaña, con mi secta, con... ¿Cómo lo supiste? ¿Cómo?
—Bufón, despierta bufón. ¡Bufón!—
—Yo Farfán. No soy más Farfán. No lo soy, no.—
—¡Bufón! ¡Despierta bufón!
—¡Eh!, ¡qué! ¡Cirro, qué pasó! Dime ¿Cómo fue que...?
—¡Cómo fue qué! Estabas dormido y de pronto empezaste a delirar no sé que tanta cosa de un Farfán y yo me asusté. Me despertaste ¿Puedo ayudarte? ¿Quieres algo?—
—Entonces no fue ella. No fue ella..., fui..., fui yo...
— ¡Pero qué gritos echabas!—
— Todo fue un sueño entonces ajajá, ¡qué alegría! Entonces no sabes nada ¡Celebremos tal acontecimiento!—
— ¡Ah!, ¿soñabas conmigo?—
—Ahora entiendes porqué mi alharaca ¿verdad? ¡Ni siquiera en mis sueños me dejas tranquilo!
No Cirro, no me mires así, sólo bromeaba contigo—
—¿Pero qué es eso de Farfán que te alteró tanto?—
— Nada, nada. Un mal sueño. No me hagas caso.—
— Farfán suena al nombre de un farsante a mitad de una fanfarria. ¡Ah!, pero mis chistes nunca le causan gracia al Rey del humor.—
— ¡Un farsante a mitad de una fanfarria!, ¡un farsante a mitad de una fanfarria!, jiji, jajaja, jeje... ¡Cirro ven! Baila conmigo un poco ¿No recuerdas a Zorba?—
— ¿Quén es Zorba?—
— Un libro que se hizo película. O una película que nació de un libro. Pero no tiene importancia.—
— ¡Un libro que se hizo película!, ¡pero cómo le hizo!..., jujuja.—
¿Los ves? No paran de reírse ¿Percibes sus palabras ahora? Están bajo el hechizo del balbuceo, de la risa, de... ¡eh! Te están contagiando. Pero por Dios, parece que ya soy la única en otra sintonía ¡Eso me pasa por hacerte caso! ¿Qué se siente no pensar, ah...?

viernes, 27 de febrero de 2009

Quinto paraje de los días sin nombre

A Ricardo

Hoy encontré en una Antología poética una carta que debió llegar a la tía Bertha, pero por causas que desconocemos quedó olvidada y ahora le pertenece al libro Poetas de una generación 1950-59, de Escalante. La leí. Me considero metiche, aunque no llevo los resultados de mi metichismo muy lejos, es mera curiosidad interna la gran mayoría de las veces o aquella sensación de hormigueo al penetrar en algo que nos es ajeno. Una carta olvidada en un libro es un acto bastante poético: su olvido, su falta de sentido al lado de lo que leemos, y su total sentido en el abandono de sí misma. Le comenté a Memo, con quien trabajo en Filológicas sobre mi hallazgo, y me dijo que la dejara allí, que esa carta le pertenecía al libro, que él había encontrado alguna vez otro en la biblioteca Samuel Ramos, con una carta que decía que aquellos libros (suponemos que eran más pero aquel tuvo el don de la nota), eran donados a la biblioteca para ser aprovechados por los estudiantes, que su dueño se quitaría la vida pues ya no podía más... "La dejé allí", me dijo, "ese libro ya no es sin esa carta. Esa carta es parte de él como cualquiera de sus otras hojas" Así, mi querido Principito, está carta quedó olvidada en "Los parajes sin nombre" Algún día te toparás con ella; sabrás que esas palabras son para ti, pero le pertenecen igualmente a los parajes, y volverás a escribirme en otra parte o apartado: "Cuando uno hombre se pregunta por quién es, se queda sin respuesta" "La poesía es un misterio en ese sentido y por eso es bella" y seguirás "Esa carta es bella porque le pertenece a ellos, aunque halla sido dirigida para mí, aun así la amo."

Quizá equivoco tus palabras o tu rostro cuando leas que ya no sé que decirle al bufón cuando me dice que ya no soporta a Cirro, que a cada rato le pregunta por su nombre, el cual posee pero ha dejado de importarle en los parajes. Ya no sé que decirle, me dice que se siente acosado. Que además, ese sujeto de contador no tiene un pelo, que sospecha que está frustrado de alguna otra materia. "Le pregunté, me dijo" "Mis padres me prohibieron estudiar filosofía" y, continuó diciéndome "¿Qué hago yo con un hijo de mami y papi que no supo renunciar e imponerse al qué dirán de sus padres? Es un hombre amargado. He intentado hacerlo reír y no puedo. Ya sabes que generalmente cuando uno quiere a drede hacer reír a alguien no lo logra, y saca la carcajada cuando menos lo espera y con el comentario más absurdo que pudo ingeniarse. Por otro lado me hace pensar mucho. Los contadores por lo normal se dedican a sus números. Son seres terrenos. No andan como yo: bufón al que se le frustró la poesía, piense y piense y piense. Yo me volví anacoreta para dejar de pensar, y ahora me toca estar al lado de éste, que no sirve más que para quejarse de que no recuerda, y de que el pasado, y que la historia y que su tía en pantaletas..."

Yo no puedo más que reírme ultimadamente de todo aquello a lo que no le hallo solución cercana "Correlo de tu caverna"...
"¡¿Cómo voy a hacer eso?!, soy hospitalario. No te voy a mentir que el hombre me bajó a la tierra tres días antes de alcanzar el nivel Ajuaru de la meditación ¡No sabes lo que es eso! ¡Horas y horas de concentración! Además tuvo la indecencia de recordarme todos mis deseos humanos. Eso quiere decir que mi concentración no ha servido de nada ¿No te conté esa discusión cesuda sobre los personajes y la vida que tuve con él? Sentí que se me fundía la mitad del cerebro después de hablar con él. Fue la peor función de mucho tiempo. Y él además quería mostrarse superior en cada respuesta a mí, como si me importaran las competencias. Lo bueno es que uno aprende de todo. Para usar palabras petulantes: yo soy un sardónico y él un sicofanta... No pienses en el refresco, a ser verdad nunca superó al Crush, ¡ah!, su botella funcionaba como güiro..., ¡qué maneras de perder el tiempo fingiendo música! Yo como ya no me apego a los objetos y sé que tu no tomas refresco más que en días festivos y prefieres jugo con piquete, no te calentará ni enfriará demasiado mi comentario..." Y así siguió. Para esto, Cirro no lleva ni una semana en su caverna... "No lo soltaré hasta haberlo visto en el piso tirado de risa"...

Yo le comenté que no fuera tampoco pretensioso, que igual no era él del tipo de humor del otro... "Igual no eres su tipo", proseguí... "Pero es que..., sí tienes razón pienso demasiado, pero tu tienes culpa de eso" ¿Yo? le dije, ¿y porqué yo? Podrías correrlo si quisieras. Hacerle un mapa de como llegar a la montaña. Darle la vuelta... "Pero si la caverna es chica. Me acostumbré mucho a estar solo. Además es expansivo el hombre. Ha sabido ocupar toda la caverna con sus triques. Me ha dejado un montículo de piedras para mi" Y así continuó. Y pues le diré que medite sobre eso, aunque sé que pensará que me burlo de él. Luego me dijo "He pensado en tratarlo de tal forma mal que se vaya por mi maltrato" Le comenté que no haría semejante cosa, ajena a sus principios. "Los principios uno los cambia a su antojo" No siempre, asumí. Tu tienes un visitante en casa y es preciso que por ti no quede atenderle.

Seguro tú le dirías algo mejor que yo, o de menos le pondrías tu mano sobre el hombro y lo frotarías cariñosamente como sueles hacerlo diciendo "No te preocupes. Todo irá bien" y luego se reirán de darle importancia a algo tan sencillo como esperar a que el tiempo de partir llegue.

No se quedará para toda la vida, le dije. Eres bufón, sabes del humor o ¿ya olvidaste tu también? Aliviana, algo te dejará, por lo menos saber que sicofanta no es alguien que estudia la mente humana mientras bebe refresco de naranja. Se burló de mi simpleza, pero pues ¡bah!, yo no estudié para bufón, de pronto me sale algún chistorete y de pronto gano algún segundo lugar en eso y no me quedo en el quinto, pero bueno. Ya viene la primavera ¿qué tal sigue el frío? Aquí ya empieza a hacer calor. Wow, mira nada más lo que sale a cuento en una carta y yo que más bien quería saber como estabas... Proyecciones, proyecciones.

Abrazos.

P.D Espero te vayas perfeccionando en el francés y en el beso francés, je je..., y que ya te hayas hecho de un aventurario donde pueda mi metiche nariz leer sobre tus andanzas por Paris y Strasbourg a tu regreso.

domingo, 22 de febrero de 2009

Cuarto paraje de los días sin nombre

—Veo que siempre hay alguien dispuesto a ser otro a quien es.—

—¿No me crees entonces que soy asceta?—

—No. Me parece que sigue siendo un bufón—

—¿Acaso no lo eres tu también, y todos alguna vez?

—No me ofenda.—

—No lo estoy ofendiendo. Más bien usted tiene muy mal sentido del humor. O acaso será que me acostumbré tanto a hacerme reír a mí mismo, qué olvide cómo hacer reír a los demás.

—Quizá las risas que causaba eran fingidas.—

—¡Eh, quién ofende a quién! ¿Y bueno, ya que usted lo recuerda todo...? ¿Quién es usted y de dónde viene...?. —

—Cirro. Y soy del Norte.—

—¿Qué parte?, Ciud, Rumán..., Isud.—

— ¿Qué nombres dice? Los desconozco todos.—

—Entonces usted viene de otro Norte, pero no del Norte que conozco.—

— A ser verdad no reconozco estas tierras. Parecen un desierto..., un desierto sin órganos...—

—¿Y eso no te da tranquilidad?—

— ¡No por dios! A quién le causaría tranquilidad amanecer en un lugar sin nombre, donde todos quieren fingir que han olvidado. Donde Irak ha desaparecido del mapa, donde no ha habido cambios políticos, donde no hay un periódico que te suelte una mentira, ni una crisis.—

—¡Qué tipo negativo! Yo conozco a alguien a quien los transportes sin órganos le provocan pasividad, incluso cierta alegría, pero dejemos eso por ahora. Y cuentame ¿qué es de tu vida?—

— Soy Administrador y Contador...—

—Si y muy malo.—

—Publico señor..., no de cuentos—

—¡Ah!, con dos carreras. Productivo el camarada.—

—¿Y de qué circo salió usted?—

—Sereno muchacho. De ningún circo. Yo fui un mester de juglaría de la modernidad. Pero no sé si escuchó alguna vez que al loco la pena lo vuelve cuerdo...

—Eso sí me causo gracia ¿Hace programas de computadoras para hacer reír a las personas?—

—No. A ser verdad no. No es ese mi menester. Hace tanto que no veo una maquina.—

—¿No hay maquinas en este lugar?—

— En la montaña, cuando llegue, él debe de tener.—

— ¿Quién es él?—

— ¿No que lo recuerdas todo? Tampoco recuerdas a quién le gustan los transportes sin órganos. Estás mal muchacho. Además eres arrogante. El camino tal cual como lo ha marcado la terracería te llevará a la montaña, pero para llegar allí primero tienes que encontrar un fin...

— Quizá desde que se fue..., soy—

— ¡Ajá!, penas del alma. Por eso no escuchas lo que te digo... Planteate un fin muchacho. Te falta hallar a otros seres sin nombre en el camino.—

—¿Tú no tienes nombre entonces?—

— No me hace falta—

—¿Y cómo se refieren a ti?—

—¿Sabes silbar? Hay un hombre más adelante que sólo sabe silbar. Es lo único que recuerda hacer.—

— No me respondiste ¿Cuál es tu nombre?—

— ¿Quién es ella?—

— Si no me dices tu nombre, no te digo su nombre—

— ¡Chantajistas conmigo! ¿Ya ves porqué me volví asceta...? El que se ríe de uno se ríe de todos.

— Tendrás que contarle a la mujer del cerezo lo que te pasa. Ella te aconsejará.—

— No suelo hablar con otras mujeres de mis sentimientos pasados. Me vulnera.—

— Muy mal muchacho, muy mal. Ellas podrían tener alguna historia similar..., y ellas suelen ser más sensibles para esas cosas... Quizá soy romántico, o mal trovador, pero así es. Además siempre es bueno ver el otro lado de la moneda.—

— Pero es probable que termine acostándome con ella si se lo cuento.—

— ¿No puedes conversar con una mujer sin poseerla?—

— Así es—

— ¡Grave! Pues de todos modos tendrás que hablar con la mujer de los cerezos—

—¿Y porqué?—

— Lo irremediable muchacho, lo irremediable. Debes descargar tu historia. Pero no soy yo el apto para saberla—

—¿Cómo estás tan seguro?—

"Érase una vez una ella que quería enamorarse, pero era difícil ya que vivía en lo abstracto del aire, de donde los hombres de tierra escapan la mirada."—

—¿Quién es ella y porqué cantas?—

—Ella es cualquiera y canto porque sí..., una canción que recién me acordó o inventé, no lo sé..., ¿para todo necesitas una razón?—

— Es absurdo—

— Tienes mucho que aprender muchacho. ¡No eres más que un personaje aquí!—

— ¡Un personaje!, pero si soy un ser humano—

— ¿Y un ser humano no es personaje de una sociedad, de un sistema... El capitalismo, la banca, las empresas, las organizaciones civiles.?—

— No. Un personaje es alguien que no existe. Una corporación si existe.—

— ¿Tu crees? Yo soy de carne y hueso, o al menos así creo que me percibes, y puedo inventar que alguien en un trolebus piensa en ese aparato como un sistema sin órganos. Y quizás ese alguien puede delimitar que yo sea un bufón ¿Quién es el personaje de quién? Deberías volverte contador de historias. Aunque no confiaría mucho en ti. Serías parco y dibujarías como tantos un mundo enajenado. Pero ¿nunca te has preguntado si a quien escribe no le pase que a veces sus personajes lo hagan a él, tanto como él o ella los hace a ellos? ¿No podría algún personaje, antes de trazar su dialogo definitivo en un papel, o una maquina de las que tu conoces, conversar con su autor, hacerlo reír en sus adentros, hacerlo reflexionar sobre sus mejores diálogos. Nunca leíste a Pirandello? Bueno. Yo creo que el escritor también es un personaje de sus personajes. —

— ¿Entonces yo soy un personaje de un escritor?—

— No, el escritor es también personaje—

— ¡Con un carajo no te entiendo! He dedicado mi vida al trabajo y al trabajo y al trabajo y al traba... Y a veces a..., a veces a ella...—

— ¡Eh!, tranquilo... No te me proyectes... No sé como no me has sacado de quicio en verdad. Uno se topa cada bufón en esta vida, pero a la inversa... Te diría que te acompañaba en tu camino. Yo alguna vez intenté ser poeta. No hay bufón al que no le pase, pero termina siendo bufón cuando las palabras no se le dan como el quiere..., por eso ya sólo medito. Y sí, muchas veces, cuando llegué a narrar, me hicieron a mí mis personajes. Pero de eso sabrás más en la montaña... Pero antes si tanto sabes administrar, deberás gestionarte un final que te haga seguir caminando o no cabrás en éste sistema, si es que se puede llamárselo tal.—

— Sigo sin entenderte—

— No debes entender nada muchacho. A partir de ahora si es que recuerdas que en alguna parte se está llevando a cabo el año 2009 y el siguiente Ruec, empezará el año nuevo tibetano, si recuerdas que en tu mundo, occidente empieza el año en el mes Yu...,y...—

— ¡Para! Esos nombres fueron los que burlonamente le di a los días que conozco yo y..., ¿cómo los sabes tú?—

— Aquí "nadie" recuerda nada de lo que tu recuerdas, yo soy la excepción aunque parezca contradictorio a lo que soy, y en eso quizá tengas razón en la forma en que me jusgaste al principio. Sólo soy el bufón de un asceta. La verdad duele camarada. Pero tú no recuerdas nada de aquí... Yo sé que así llamas tú a los nombres de los días y meses aquí... Necesitas tus series anuales para existir, ¿y no eres entonces dependiente a un sistema que te hece humano? Sabría que así me entenderías.—

— Pero si no te conocía..., ¿cómo es qué...? Esto es demasiado complicado para mí, demasiado. —

— Es más sencillo que lo que te ha complicado siempre, pero quizá sólo debas soltar un poco... Calma, encontrarás tarde o temprano, y a su momento tu recorrido aquí.—

— Y no regirá "alguien" mi decisión como me dijiste—

— No seas paranoico muchacho. Te he hecho dudar y no era mi intención. A ser verdad todo esto ha sido parte parte de la mi función del día de hoy, incluido tú sin darte cuenta. Por eso te decía que eras mi personaje. Ahora eres Cirro de nuevo. Y yo sigo y seguiré riendo ¿Escuchas el reír de los árboles? Vaya que eres tu el único que no se ríe. Te ves consternado y eso no te llevará a la montaña. ¡Quédate hoy en la caverna donde vivo! Quizá otro paraje te pinte mejor el rostro.—

sábado, 7 de febrero de 2009

Tercer paraje de los días sin nombre

A Luis Eduardo

Cuando era niña los trolebuses eran un granizado hecho con fruta que comía en Mérida. Mucho tiempo después fui a La Reina de Montejo a tomar un trolebus como quien quiere recobrar un sabor lejano. Es bello descubrir que el gusto de la infancia no siempre muda con la edad. Alguna vez estando en Colombia le preguntaron a un mexicano si seguía habiendo trolebuses. Aquel hombre dijo que no. Yo expresé lo contrario pero siempre es más fácil creerle al otro al que le preguntaste, igual y por el hecho de haberle confiado una posible respuesta. Ese día caí en la cuenta de que nunca me había subido a uno, sólo los había visto pasar y perderse entre el resto de los coches y camiones "comunes". Finalmente lo que había defendido aquel hombre en Colombia era cierto. —Existen, pero no tienen un lugar propio en la ciudad. Supuestamente deberían tener un canal de circulación propio, sin que ningún otro vehículo pase por donde él pasa, y no es así. El trolebus electrico se ha perdido entre las ruedas.—
Ahora tenía una nueva curiosidad: conocía el sabor de un trolebus, pero no sabía lo que era viajar en él. No son las mismas imágenes internas las que se dan en el metro, a las del camión, a las del metrobus, a las del tren ligero, a las del trolebus. Aún no conozco el suburbano. Quizá haya más similitud en los tres primeros, pero el tren ligero y el trolebus son especiales. Cuando aún no había subido a un trolebus en mi vida, quería subirme a uno. La idea me causaba una emoción singular, mayor que la de subirme a cualquier juego mecánico en la feria. Ocurría que mi ruta no coincidía con la del trolebus. Mucho tiempo después comencé a bailar, y mis clases coincidían con la ruta, pero olvidaba que aquél extraño trasporte con una correa metálica ligada a un trasformador en una extraña pero apasionada relación, tiene paradas precisas. La primera vez que subí al trolebus sentí un hormigueo en el estómago. Es el único trasporte donde haces penetrar la(s) moneda(s) en una especie de urna blanca en forma de paleta, lo que cambia tu contacto con el aparato desde ese instante. Por principio, te obliga a tener dos pesos, pues los conductores no suelen tener cambio y su labor es mirar hacia enfrente del "programador", apretar una palanquita gracias a la cual las monedas desaparecen tras la faringe de la máquina misteriosamente. Los condutores no hablan demasiado ni tienen a su canchanchán al lado como los camioneros para ir palticando de sus viejas, o a falta de canchanchán con la vieja misma. Los conductores de los troles son serios, parecen robots; finalmente te dan un seguro de viajero: un papel azul y verde que asegura tu vida mientras viajes en el dicho aparato. El más amable de los conductores te dirá que lo conserves para tu seguridad en el viaje.

En una ocasión subí a un trolebus completamente vacío. Me senté en la última fila, en el asiento de en medio y nadie subió hasta mi bajada. Un trolebus vacío da la sensación de que se perderán los días: un esqueleto sin organismo se mueve suavemente y te da un aspecto de la ciudad a la ventana: no un recorrido sino un deslizamiento. Aquél paisaje no brinda nostalgia, sino una leve sonrisa a punto de definirse por completo. Como si esa soledad, donde tan distante el conductor incluso él es un fantasma, fuera una revelación ¿Qué pasaría si no hubiera días? ¿Si hubiera un día entre domingo y lunes? Viajar en trolebus siempre me ha dado otra perspectiva del espacio, de mis pensamientos. Es sábado. Esta vez hay mucha gente. Pienso en la forma de centrarme de alguna manera, se me ocurren ejes, planos, mi ser como el rector del espacio que no es precisamente el que rodea sino el propio ¿cómo ser tu propio eje? Quizá sea la electricidad la que conduce así la maquinaria de lo que ordeno. Pocos transportes son conducidos por la electricidad. Eso da cierta sensación de vuelo. Los recuerdos tarde o temprano deslizan a otra parte...

Allí, apremia el existencialismo —pienso— Demasiado miedo al olvido, pero también a la compañía. Una caminata para encontrar lo perdido... —Quizá le hace falta dejar de preocuparse por la existencia...— Eso le dirá el exbufón, sentado en loto, tras haber agsotado todas las risas ajenas, y descubrir que le hacía falta reírse a sí mismo. Entonces se volvió asceta y olvidó que habían olvidado los hombres —Río todo el día y sigo riendo—. Así supo que la felicidad es reír sin saber por qué. Dejar que el río corra sin preguntarle al agua por qué.

domingo, 25 de enero de 2009

Segundo paraje de los días sin nombre

No se trata de no recordar, sino de que no se quiera. ¿Y si acaso este fuera aquel país dibujado en los libros, aquél que quedó en ruinas tras morir su dibujante? ¡A quien le importan hoy las historias con final feliz! La videncia es cosa del pasado... En cierta manera el amor se había descoyuntado hace tiempo. Trillado. Otra historia en la que el olvido toma forma y se pierde la secuencia ¿Y si los días fueran: Malud, Ruec, Gaun, Alpen, Frao, Diup y Káantub...?, ¿si hubiera uno más?, ¿si no los denominaran las constelaciones?, ¿Sí el Imperio no...?
"Al final no quedará nada", oíamos cuando niños y nos parecía un sueño. Quizá no debimos crecer, sino mantener la crueldad manifiesta hacía volvernos creyentes de cualquier movimiento humano. A regañadientes nos hacían creer y sentir algo aunque no lo sintiéramos, aunque apenas supiéramos lo que era sentir. Luego de volvernos sensitivos alguien llegó y nos dijo que eso no..., que la sensibilidad no..., que las emociones no... Y la memoria se volvió un repetir ciego. No se aprendió por corazón: by hard, pour coeur, por reflejarlo en otra lengua, si no por imposición. Al tiempo afilamos incisivos y nos hicimos amigos del canino que desgarra. Dejamos la inocencia del que pregunta de forma espontánea y hiere de la misma manera; exige atención y amor sin saber su significado, todo lo observa detenidamente y lo imita. En algún momento aprende a herir a drede y el arte de la guerra. Si hemos olvidado incluso eso, quizá éste es un exilio de la humanidad entera, quizá nos encontramos de nuevo en el Principio, o este será otro Deux ex Machina del que ni otro heredero de Tiresias podrá salvarnos: ni como mujer, ni como hombre, ni como los dos que el griego fuera. Por la razón que se quiera, todos dicen que olvidaron salvo yo que recuerdo lo que me conviene y entretengo de alguna manera lejos de mí, lo que no quiero recordar hasta que se asimile. Ésto es un desierto, realidad yerma en la que se olvidaron la Grandes Guerras, las conquistas, la violencia, el Sacramento, la escritua, la geografía, los conceptos..., quizá fue demasiado. Me siento dentro de la más grande de las Utopías: El Principio de todo luego de un Punto Final cuyo Apocalipsis es lo único que he olvidado, o quizá lo tanteo entre la niebla, quizá y si me confío una bala perdida arribe en los siguientes minutos y se acabe esta indeterminación. Y ahora que siento que no hace falta escribir nada, me dicen que empiece por imaginar para volver a la realidad, supongo porque alguna vez fue a la inversa. Así como llegamos a la imaginación, llegaremos desde ella a la realidad. Me resulta absurdo. Quizá funcione mejor caminar para hallar los fragmentos, para ver que hace el otro que no recuerda, que no se preocupa y quizá esté ocupado en algún oficio que maneje por corazón, más digno que el de hallarle razones a lo que nos rodea, a nosotros mismos, al marasmo que ahora queremos fingir que no somos.

lunes, 5 de enero de 2009

Primer paraje de los días sin nombre

Quizá haya una forma de comenzar un ciclo: en un día determinado, sospecho; en una hora fija, supongo; incluso en una milésima de segundo de acuerdo al movimiento del sol en determinada posición: sur, oriente, norte, poniente de acuerdo al rito "Q" de la comunidad "F" en al país de los días sin nombre. Allí los habitantes se preguntarán por el significado del 9, o incluso desconocerán tal signo. Lo verán como un elemento paleontológico a investigar. Usarán toda su tecnología para entender la rutina númerica y su seguimiento. Para ellos este hallazgo será una revalación que acude sin preguntas y que acontece por irreconosible, por intocada. Tendrán que empezar un ciclo no por el conocimiento serial de su prolongación, sino por su desconocimiento. "Estámos en un ciclo cuya cifra no se ha visto antes". Implicará indagar en otro lenguaje. "No sabemos que acontecerá ahora, sólo que ha cambiado de ayer a hoy nuestro entorno. Está el mismo árbol, la misma vereda, las mismas mesetas; pero estámos ante una desnudez ignota, un resplandor, una evanecencia que antes no habíamos contemplado" Algún iniciado en las artes futuras dirá que aquel signo pertenece a la humanidad, algo parecido a lo que ellos son pero no similar. Para los oyentes será algo olvidado. "Lo que fuimos, ¿es acaso lo que somos hoy? ¿Nosotros somos esa humanidad?" El iniciado afirmará, aquellos no recordarán. "Este signo fue temido por un pueblo de dicha humanidad" aumentará "Ellos decían que era el número de la perfección. Para este pueblo la perfección era temida, sino es que maligna. Sólo un ser supremo podía ser perfecto. Por eso nadie debía osar ese número".
"Nos hablas desde el pasado vidente ser", responderán lejanos "¿Qué futuro es este del pasado?" "Nostalgias que no se cumplieron", seguirá el iniciado "No hay futuro planeado sino es desde un pasado acaecido. Planeamos a futuro tras contrarrestar nuestro pasado y transcurrir en nuestro presente"
"¿Qué es el presente vidente ser?" responderán con la voz más nítida, más cercana...
"Es este instante" "¿Éste que acabas de mencionar?"
"No, el que preguntas ahora" "Ahora he dejado de preguntarte" El iniciado lanza una mirada iracunda "¿No reconocen su memoria?" "¿Memoria? ¡Hemos perdido algo importante!"
El vidente soplará desde su adentro "¿Acaso pueden imaginar todavía?" "¿Imaginar dices. Algo así como llenar la realidad con lo que no existe o es invisible en aperiencia?" "O por el contrario" seguirá el vidente, "construir de nuevo una memoria con eso" "¿Memoria es entonces una realidad interior que se externa?" El vidente afirmará con la cabeza "La imaginación es una parte de esa realidad, una extensión si así quieren llamarle, que parte necesariamente de lo real. Algunos le llameron locura otros genialidad. Unos encontraron en ella el goce y otros la tragedia. Cada humano con su ojo y desde su espectador. Si recuerdan que podían inventar, así recordarán como surgió todo. Pero quizá me equivoque."¿Y para que llenar la memoria que dices con lo que podámos inventar? ¿Había animales, cosas, viviendas, edificios?" El vidente sonreirá "Así es" Los seres que le rodean quedarán perplejos al presentirse parte de una realidad que deben recuperar sólo tras acudir a lo que pueda generar su interior. "Si la realidad ya no les trasmite lo que fueron, habrá que gesticular entre todos, que hablar entre todos, aquello que percatan como posible. Hubo algo que se dijo Historia" continuará el iniciado. "¿Contar una historia, dices?" "He dicho suficiente", concluyó el vidente y se impuso ante los otros seres caminando; aquellos le cedieron el paso consternados.

Clamor Sirio

  Encontré esta selección de poetas nacidos en Siria; publicados en la revista Nexos hace dos años. Leerlos me dio una clara imagen de lo ...