domingo, 18 de julio de 2010

Inquisitorio

Está en esta entrada porque considera que es una persona de buen juicio, o le han dicho que lo es, ¿cierto? Asienta con la cabeza si sí y muévala de un lado a otro si no. Ha movido la cabeza en señal afirmativa. Bien.

Por juicioso se entiende alguien cuerdo, prudente, reflexivo, con sentido común, lógico, consecuente, incluso sabio y formal. Me asiente como si todas estas brillantes palabras fueran de su competencia, ¿no es verdad?

¿Qué pasa con el juicio hoy día? Le doy una pista. Espejito, espejito ¿quién es el (la) más hermoso(a) de este reino? Sí señor(a) que bueno que es consciente, el juicio es un espejo de usted mismo, el cual refleja con las demás personas. Si usted es colérico, tratará a las personas de acuerdo a su cólera; si es neurótico, de la misma manera se dirigirá a su prójimo; si pone sus actividades personales antes de las de cualquiera, todos serán menos que usted en lo que sea que hagan, así se rompan el lomo en una oficina, un despacho, una editorial,una escuela, o en el trabajo de campo, aunque usted no considere tal actividad trabajo, ¿prácticas de campo, por favor?, ¡lo que yo hago es trabajo, esos perdedores que! O bien puede ser que crea que su esposa(o) le pide atención de más porque: ¡pobrecita no tiene nada que hacer!, ¡yo soy su vida!; o quizá sea de los que piense que la ha pasado tan mal que nadie puede pasarla peor y nadie tiene derecho a quejarse por algo menor a su agravio. Me río de usted. No me ponga cara de sea consecuente conmigo señor juez, si ya de por sí ha habido condenados por culpa de un beso supuestamente fraterno ¿Qué esperar?

¿Por qué será que los hombres no entendemos con ternura cuando juzgamos al otro injustamente y nos lo hace saber, muchos menos si llora, porque lo consideramos chantaje o si exige, porque lo consideramos posesión? Por eso ha llegado a esta entrada, porque lo que usted necesita es un inquisidor ¿Hasta qué grado las palabras pueden ser una tortura? La finalidad de este sitio es que usted se sienta una rata de laboratorio en vez de un ser humano al salir de aquí y tener claro que así es como usted quiso sentirse, puesto que nadie lo obligó a entrar ¿Por qué será que sólo la crueldad nos hace entender?, ¿mezquindad o masoquismo, o ambas?

Siempre estamos queriendo cambiar a los otros ¿Le digo la verdad? Los seres humanos no cambiamos: añadimos o reducimos, hacemos algunas modificaciones pero, en el fondo, seguimos siendo los mismos, al menos que nuestro propio ego nos traicione, nos refleje y nos haga perder en donde más seguros nos sentíamos, entonces nos vamos en su contra, nos vamos contra nosotros y “cambiamos”. De allí que muchos profetas dijeran que la vida es sufrimiento, hasta que no busquemos, por nosotros mismos,lo contrario.

Usted viene aquí para que le ponga su estrellita de buen juicio, como cuando un perro que hizo bien un truco enseñado por su amo, llega a pedir una croqueta. Su amo, señor(a), es la sociedad. Está aquí para que yo: un juez, le diga a usted que es alguien de buen juicio. Discúlpeme pero no, no lo es, ¿quién lo es?, ¿acaso lo soy yo? Si lo(la) estoy inquiriendo de esta manera, usted ya habrá pensado que no soy una buena persona, o por el contrario me querrá decir; gracias señor juez, esto es lo que necesitaba, prometo que seré una mejor persona a partir de pasado mañana, porque antes tengo que…, etc. A mí no me prometa nada.

Mire, yo no soy ni mala ni buena persona, soy un juez y punto. Por lo demás, antes soy humano, antes animal, no lo olvidemos. Entonces, repito, ¿es usted una persona de buen juicio?

Vuelve a asentir. Pero por favor ¡Qué cinismo, qué hipocresía! ¿Cuál Dios? Le daré tres latigazos para que entienda.

1) El humano no es perfecto, tan sólo perfectible.
2) Hoy día, debido a la represión de las emociones en general, nuestros juicios son emocionales y, ergo, no son lógicos.
3) Cuando usted hace mierda a alguien, usted se está haciendo mierda también

Pero, ya que usted insiste en ser una persona de buen juicio, que pone su razonamiento siempre antes de cualquier trato con los otros y con usted mismo, estas palabras le hacen cosquillas, ¿no es así?

Válgame, pero ¿por qué siento que llora?, ¿por qué veo desfigurarse su rostro?, ¿qué sucede? ¿No era usted la persona más “hermosa” de este mundo? Salga de este sitio y sea prudente, reflexivo(a) y todo lo que un diccionario le dice que un juicioso debe ser, si es que desea ser tal adjetivo. Ni yo, ni nadie puede ayudarlo, ni mucho menos premiarlo. En esta vida, las coronaciones no son más que un espectáculo, del que todos queremos ser parte. Por aquí por favor.

¡Qué pase el siguiente!

2 comentarios:

  1. Raquel Huerta-Nava18 de julio de 2010, 21:34

    Inteligente divertimento, te felicito, me encanta lo que no se lee (subtexto, contexto, metatexto). Filosofía poética o poesía filosófica, de cualquier forma, espectacular... ¿especular?

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  2. me gusto la lectura, me recuerda a la necesidad de el hombre de ser enjuiciado y a la par de ser juez poder criticar y querer ser criticado, pareciera que al hombre necesita tener una sentencia ajena a la propia para positiva o negativa para consagrarse como hombre

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